31 de diciembre de 2011

BINGO BENÉFICO

Ayer, día 30 de diciembre, coincidiendo con la fiesta de la Sagrada Familia, se celebró en nuestra Parroquia un bingo benéfico, con el fin de sacar fondos para nuestra Iglesia, necesitada de dinero para retejar. 

La jornada resultó ser una tarde de convivencia, familia y sobre todo de mucha alegría y diversión. Se contó con un grupito de 30 personas que echaron suertes en el bingo, y entre bingo y bingo también se hicieron algunas subastas. 
Nadie se quedó sin regalo, todo el mundo se llevó algo de recuerdo. Al final, los asistentes degustaron un rico chocolate en "La Panera". Gracias a todos los que habéis hecho posible este bingo benéfico. Entre todos construimos la Parroquia. 
Sin duda, ha sido una buena manera de despedir el año, este año 2011 que ya se nos va. GRACIAS A TODOS.

25 de diciembre de 2011

HOMILÍA "MISA DE GALLO" - Juan Carlos Plaza Pérez


Estamos a las puertas de la Navidad. En el mismísimo portal de Belén. Hacia allí se dirigen todas nuestras miradas. Hay una señal en el cielo que nos centra la atención, pues el cielo está muy estrellado, hay muchas estrellas que nos pueden distraer. Algunas son muy deslumbradoras, como las ráfagas de posición larga de un coche en la noche. Pero no son para nada la luz que centra mi atención, la luz que miro y veo es la luz de Jesús, el Señor. Es el solsticio de invierno el que hoy comienza y en sus días el sol comienza a crecer, como a este niño le va a suceder.
            Esas estrellas de las que te hablo son un tanto fugaces, efímeras, hasta pueden caducar. Algunas llevan incluso tarjeta de identidad, que si orgullo, que sin tener más, que si honra y fama y que sé yo cuántas cosas más. Otras no; disimulan y ocultan su esencia, hasta nos pueden engañar, nos dan gato por liebre, no son de fiar. Es cierto que son muy deslumbradoras pero nos confunden en el camino y de camino, nos engañan con artimañas y trucos, hasta con juegos de luces, que no hacen más que guiñar.
            Yo quisiera ser como esos Magos, los de Oriente, a los que también Herodes pretendió engañar, ellos se dejaron llevar por la voz del ángel, la voz de su interior, la voz de Dios. Y por ello en el camino cambiaron de orientación, comenzaron siendo paganos, hoy creyentes nos siguen llenando de ilusión.
            En este Belén, en el que me siento uno más y que, por otra parte, formamos todos, no me veo como un adorno, ¡ni mucho menos!, me veo con una gran misión. Miro a mí alrededor y también veo a otros muchos como yo, te veo a ti, y a ti y a ti... a todos os veo cerca de Dios. Todos camino hacia el portal. Todos enviados por la voz de un ángel, un mensajero, esa persona que me encuentro en el camino y me trae el mensaje del “gloria a Dios en las alturas y en el mundo paz”. Todos convocados para presenciar que el Dios que no quiere palacios ni templos, desea tu corazón, mi corazón, parar morar y habitar, para acampar y darse a los demás.
            Estamos en este belén viviente en el que hay todo tipo de gentes, de fauna y de flora. No nos falta detalle, cada uno aporta, desde su creatividad, lo que uno es y lo que uno tiene. Yo le quiere llevar al Señor lo que soy, pero sin reservas ¡eh!, sin miserias; con mucha alegría y sin vergüenza.
            En cada persona con su oficio, con su beneficio, en medio de nuestra casa, familia, trabajo y quehacer,… el Señor acampa, instala su tienda para nacer.
            Puentes, molinos, norias, huertos, ríos, mercadillos, hornos de pan, mujeres, hombres y niños, magos de Oriente, junto a sus pajes, hilanderas, pescadores, ángeles, María y José,… todos bendigamos al Señor, démosle gloria por los siglos.
            El Señor ha querido nacer de una determinada manera, siendo hombre como nosotros, esto no es fruto del azar, sino que Dios ha elegido la sencillez y la pobreza para dársenos, quizá para confundirnos y anunciar que Él en la pobreza está, por eso que tú estás desesperado, que no encuentras explicación, que te falta algo, que no sabes qué hacer,… Dios te dice: levántate, coge tu camilla y sígueme. ¿Qué espera Dios de nosotros? ¿Qué le vamos a llevar?
            Más que nada, en este mundo, Dios prefiere actitudes. Entonces le voy a llevar un corazón sin reservas y que Él sepa cómo valorar. Y por mi parte no le voy a poner condiciones ni tan siquiera se lo voy a tasar, voy a acogerle con humildad para después poderle adorar, también, en los demás; donde Él se encarna, a diario, pues es un Dios a todo dar. También quiero ofrecerle mis pecados para que sepa Él como sanear y yo cada días más amar y también a todo dar.
            Para nada me veo de adorno en este belén monumental, tengo una gran misión que con la ayuda de este niño quiero afrontar. Disponibilidad y entrega es lo que más me sale dar, que no es nada al lado de lo todo lo que Él me da.
            ¿Con qué figurita del belén te vas a identificar? He aquí la gran pregunta fundamental. No dejes la respuesta en una incógnita más, responde porque ella te llevará a hincarte de rodillas delante del portal; ante es niño pequeño, humilde, frágil, tierno,… pero en el que el gran Dios se nos quiere dar. Él se ha hecho hombre por ti y por mí.
            Te animo a que contemples, en algún momento de esta Navidad, el belén entero o el portal. Mira a ver con quién te identificas, con María, con el ángel, o con el panadero que amasando está. No lo olvides no estás de adorno, tu fe te compromete a darte sin nada esperar. No te cortes en contemplar ni tampoco en contestar. ¡Ah! Y si de ti brota una lagrimilla, incluso una gran emoción, da gracias al Señor porque el milagro de la Navidad en ti está obrando ya.
            Te deseo a ti y a los tuyos una gran Navidad. Así sea.

                                                                                    P. Juan Carlos Plaza Pérez

21 de diciembre de 2011

Festival de Catequesis 2011

Esta tarde, a las 18,00h, en el Teatro "Las Peñuelas" tendremos el Festival de Catequesis 2011.
Cada año los catequistas preparan con sus grupos este festival.
Lo hacen con todo cariño y con el fin de reunirnos a todos: niños, padres, abuelos, comunidad cristiana,...
Gracias a todos por vuestra disponibilidad y entrega.

Miércoles, 21 de diciembre de 2011


EVANGELIO: Lucas 1, 39-45


Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:
- «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá».

 

CLAVES para la LECTURA


- La visita de María a su pariente Isabel, en las colinas de Judá, es una página rica de reminiscencias bíblicas, de humanidad y espiritualidad. María recorre el mismo camino que hizo el arca, cuando David la transportó a Jerusalén (2 Sm 6, 2-11), y es el camino que hará Jesús cuando decididamente se dirigió a Jerusalén a cumplir su misión (Lc 9, 51). Se trata siempre de Dios que, en diversos momentos de la Historia de Amor, se dirige al hombre para invitarlo a la salvación.

- Esta narración está estrechamente vinculada con la de la anunciación, no sólo por su clima tan humano, manifestado en actos de servicio, sino también porque la visitación es la verificación del “signo” que el ángel dio a María (Lc 2, 36-37). Los saltos del Bautista en el seno de su madre representan la alegría desbordante de todo Israel por la venida del Salvador (vv. 41-44). Las palabras de bendición, inspiradas por el espíritu y que Isabel dirige a María, son la confirmación de la especial complacencia de Dios con la Virgen.


CLAVES para la VIDA


- El encuentro de estas dos madres y del Mesías con su Precursor constituyen la expresión de un único cántico de alabanza y acción de gracias a Dios por su presencia salvadora en medio de los hombres. Ahora nos toca a nosotros, siguiendo el ejemplo de María y de Isabel, abrirnos a la acción gozosa y fecunda del Espíritu y responder al don de Dios. La Navidad es tiempo de gozo porque Dios se hace uno de nosotros.

- María es el modelo de apertura de corazón a la acción del Espíritu. Ella con el don de la maternidad no se aisló en una autocomplacencia, sino que, cual verdadera “arca de la alianza”, que encierra en sí la fuente de la vida, se pone en marcha para servir a los demás en una caridad traducida en humilde servicio. ¡Inmensa lección para los creyentes de hoy, para nosotros! Y éste es el pórtico de la Navidad a la que la liturgia nos ha conducido una vez más, y es que Dios se “disfraza” en gestos de amor hacia los hermanos, especialmente en aquellos que carecen de motivos para el gozo y la alegría. Y aquí nos encontramos nosotros dispuestos a festejar y celebrar al Dios-con-nosotros.


ORACIÓN PARA ESTE DÍA


“Hoy te rogamos, Señor, por los encuentros y el buen entendimiento entre las personas: que estos de Navidad sean especialmente significativos con vistas a fortalecer nuestras relaciones”.

18 de diciembre de 2011

Hoja Parroquial

Domingo 4 de Adviento

Felicitación de Navidad parroquial

¡FELIZ NAVIDAD!

Comentario a la Palabra de Dios


Domingo IV de Adviento Tiempo. Ciclo B
Alégrate, llena de gracia

La luz más radiante de la mañana a mediodía no hizo su aparición improvisada. Tuvo preámbulo, primero de crespúsculo y alborada, luego de mañana temprana y más tarde de día avanzado. El alumbramiento en la carne del sol que nos nace de lo alto, Jesucristo, tuvo su pórtico al modo humano, con su engendramiento de madre humana y poder divino, con sus meses humanos de gestación. Todavía antes se había hecho camino de encarnación, porque ya en el Antiguo Testamento la Palabra eterna había tomado tejido de palabra humana por boca de los profetas y los hombres de Dios que hicieron de mensajeros de la voluntad divina para su pueblo.
Historias que suenan a viejas conocidas, tanto como para no prestarles atención. La escena del evangelio se describe con un ángel, una joven virgen, un Dios que se hace hombre... pudieron innovar en su momento, pero ahora ya no mueven más que a la indiferencia o, pero aún, para el adorno. Los ángeles, aunque su misión resulte incomprensible actualmente, son bellos y decoran los rincones de la casa; la virgen madre suscita una sonrisa de incredulidad pero evoca inocencia e ingenuidad; y dios, que interesa poco, algo aporta haciéndose hombre, pues atiza las ascuas de cierto deseo de divinidad humano (habitualmente con orientación equivocada). Si pretendemos encontrar en este relato el inicio de la humanidad nueva por ser el comienzo en la carne del ¡hijo del hombre! o bien lo tomamos como una antigua estampa decorativa (con aires de nostalgia) o como una tomadura de pelo al hombre actual que encuentra su novedad en otras cosas.
Los proyectos del rey David podrán resultar hoy más afines. Quería erigir una edificación magnífica. El asunto resulta atractivo por la envergadura. La divergencia con nosotros llegaría a la hora de mirar por su sentido: el rey David quería construir para hacer un hogar en la tierra para Dios; el hombre de hoy para vivir él y desalojar a Dios. Y en una casa donde se puso veto a la divinidad: ¿cómo vamos a llegar ahora con fantasías de ángel y Virgen y hombre-Dios? Cuando la matriz no puede contener más al hombre que nace, toma nueva matriz de refugio en el mundo aislándose de la realidad y siendo alimentado en su comodidad.
Las entrañas divinas se estrecharon hasta caber en el seno de una virgen y desde allí se produjo el parto, para abandonar toda cerrazón y todo intento de buscar una seguridad que estrangule la misión, la búsqueda, la vitalidad de ir más allá. Cuando David expresó su voluntad de hacerle morada a Dios, Dios ya se le había anticipado. A David le empujaba su celo por Dios, pero quizás también un impulso instintivo de querer someter a la divinidad para ser domesticada y, por tanto, controlada. Buscaba para Dios un útero donde encerrarlo y amansarlo, evitando el parto que trae consigo separación y rebeldía. Pero Dios se había anticipado. Sin abandonar la matriz trinitaria que era al mismo tiempo alumbramiento, se achicó para humanarse. No improvisó nada que no fuera humano, por ello esperaría en la matriz de la Virgen la gestación de nueve meses, y luego abriendo matriz vería la luz hacia otro seno, el de la familia, donde sería cuidado y aprendería. Pero nada lo retendría en ella, como nada biológico lo retuvo en el seno de María. Por eso el Espíritu le hizo saltar de la vida oculta a la publicidad de una vida de misión, de salida, de evangelización.
Nada de trasnochado tenía aquel pasaje de la anunciación ni en sus personajes ni en su significado. El ángel era promotor de la libertad humana, del Dios que no impone su voluntad, sino que ofrece, propone. La Virgen Madre se eleva a ser prototipo de generosidad y fe. No entrá en ella otra voluntad de pasión o posesión o dominio, sino que su seno, libre de todo ello y, más importante aún, su corazón y su mente, dieron posada a Dios que pedía encarnación. María manifiesta la más soberana libertad, pues no existían en ella lazos para el sí o para el no, simplemente amor, y un amor de Dios y hacia Dios. El Dios que era sólo dios y luego también comenzó a ser hombre enseñará humanidad a un ser humano olvidado de sí y esclavizado por no mirar hacia Dios.
Todo lo que pretenda ser humano que venga sin gestación humana, es decir: sin espera, sin paciencia, evadiendo el tiempo, será una lamentable improvisación. Todo lo humano que pretenda detenerse en una matriz perpetua, y detener consigo a Dios, y evite la misión, la salida, el crecimiento... pronto se volverá rancio. El misterio de la encarnación no es para el adorno, sigue teniendo una tremenda fuerza de interpelación que nos empuja a asumir con autenticidad nuestra condición (en un tiempo irrenunciable, en un contexto concreto), que ha renovado prodigiosamente Cristo, y a no buscar una clase de humanidad de pretendida originalidad que se olvida del hombre, porque se olvida de Dios.
                                                             Luis Eduardo Molina Valverde

15 de diciembre de 2011

El pasado domingo, el tercero del tiempo de Adviento, nuestro párroco bendijo el Belén de plastilina de la Parroquia. Gracias a todos los que habéis colaborado en su montaje y también a todos los que nos ayudáis con vuestro donativo, para que el Belén vaya ampliándose. Gracias también a los niños de catequesis por vuestras preciosas figuras y vuestro esfuerzo. 


La diócesis de Valladolid se hace eco de esta noticia, la de la inauguración de nuestro Belén. Podéis entrar en www.iglesiaenvalladolid.es y ver cómo la noticia de nuestro precioso Belén está en portada. Felices días de Adviento, aprovechemos lo que queda para preparar un pesebre digno al niño Dios. 

14 de diciembre de 2011

San Juan de la Cruz - Doctor de la Iglesia




Ávila y concretamente Fontiveros fue su patria chica. Luego lo será Castilla y de modo principal Andalucía la tierra de sus amores. 

Se llamó Juan Yepes. Nació en 1542 del matrimonio que formaban Gonzalo y Catalina; eran pañeros y vivían pobres. Su padre muere pronto y la viuda se ve obligada a grandes esfuerzos para sacar adelante a sus tres hijos: Francisco, Luis y Juan. Fue inevitable el éxodo cuando se vio que no llegaba la esperada ayuda de los parientes toledanos; Catalina y sus tres hijos marcharon primero a Arévalo y luego a Medina del Campo que es el centro comercial de Castilla. Allí malviven con muchos problemas económicos, arrimando todos el hombro; pero a Juan no le van las manualidades y muestra afición al estudio. 

Entra en el Colegio de la Doctrina, siendo acólito de las Agustinas de la Magdalena, donde le conoció don Alonso Álvarez de Toledo quien lo colocó en el hospital de la Concepción y le costea los estudios para sacerdote. Los jesuitas fundan en 1551 su colegio y allí estudió Humanidades. Se distinguió como un discípulo agudo. 

Juan eligió la Orden del Carmen; tomó su hábito en 1563 y desde entonces se llamó Juan de Santo Matía; estudia Artes y Teología en la universidad de Salamanca como alumno del colegio que su Orden tiene en la ciudad. El esplendor del claustro es notorio: Mancio, Guevara, Gallo, Luis de León enseñan en ese momento. 

En 1567 lo ordenaron sacerdote. Entonces tiene lugar el encuentro fortuito con la madre Teresa en las casas de Blas Medina. Ella ha venido a fundar su segundo "palomarcico", como le gustaba de llamar a sus conventos carmelitas reformados; trae también con ella facultades del General para fundar dos monasterios de frailes reformados y llegó a convencer a Juan para unirlo a la reforma que intentaba salvar el espíritu del Carmelo amenazado por los hombres y por los tiempos. Llegó a exclamar con gozo Teresa ante sus monjas que para empezar la reforma de los frailes ya contaba con "fraile y medio" haciendo con gracia referencia a la corta estatura de Juan; el otro fraile, o fraile entero, era el prior de los carmelitas de Medina, fray Antonio de Heredia. 

Inicia su vida de carmelita descalzo en Duruelo y ahora cambia de nombre, adoptando el de Juan de la Cruz. Pasa año y medio de austeridad, alegría, oración y silencio en casa pobre entre las encinas. Luego, la expansión es inevitable; reclaman su presencia en Mancera, Pastrana y el colegio de estudios de Alcalá; ha comenzado la siembra del espíritu carmelitano. 

La monja Teresa quiere y busca confesores doctos para sus monjas; ahora dispone de confesores descalzos que entienden -porque lo viven- el mismo espíritu. Por cinco años es Juan el confesor del convento de la Encarnación de Ávila. La confianza que la reformadora tiene en el reformador -aunque posiblemente no llegó a conocer toda la hondura de su alma- se verá de manifiesto en las expresiones que emplea para referirse a él; le llamará "senequita" para referirse a su ciencia, "santico de fray Juan" al hablar de su santidad, previendo que "sus huesecicos harán milagros". 

No podía faltar la cruz; llegó del costado que menos cabía esperarla. Fueron los hermanos calzados los que lo tomaron preso, lo llevan preso a Toledo donde vivió nueve meses de durísima prisión. Es la hora de Getsemaní, la noche del alma, un periodo de madurez espiritual del hombre de Dios expresado en sus poemas. Logra escapar en 1578 del encierro de forma dramática, poniendo audacia y ganando confianza en Dios, con una cuerdecilla hecha con pedazos de su hábito y saliendo por el tragaluz. 

En los oficios de dirección siempre aparece Juan de la Cruz como un segundón; serán los padres Gracián y Doria quienes se encarguen de la organización, Juan llevará la doctrina y cuidará del espíritu. 

Se le ve presente en la serranía de Jaén, confesor de las monjas en Beas de Segura, donde se encuentra la religiosa Ana de Jesús. Después en Baeza; funda el colegio para la formación intelectual de sus frailes junto a la principal universidad andaluza. Y en Granada, en el convento de los Mártires, continuará su trabajo de escritor. En 1586 funda los descalzos de Córdoba, como los de Mancha Real. 

Consiliario del padre Doria, en Segovia, por tres años. ¡Cómo no recordar su deseo-exponente de amor rendido- ante la contemplación de un Cristo doliente! "Padecer, Señor, y ser menospreciado por Vos". 

En 1591 la presencia de fray Juan de la Cruz empieza a ser non grata ante el padre Doria. La realidad es que está quedando arrinconado y hasta llega a tramarse su expulsión del Carmelo. 

Marcha a la serranía de Jaén, en la Peñuela, para no estorbar y se plantea la posibilidad de marchar a las Indias; allí estará más lejos. Es otro tiempo de oración solitaria y sabrosa. La reforma carmelitana vive agitada por el modo de proceder de Doria; a Juan le toca orar, sufrir y callar. Quizá tenga Dios otros planes sobre él y está preparándolo para una etapa mejor. 

Aquella inapetencia tan grande provocada por las calenturas persistentes provocó un mimo de Dios haciendo que aparecieran espárragos cuando no era su tiempo para calmar el antojadizo deseo de aquel fraile que iba de camino, sin fuerzas y medio muerto de cansancio, buscando un médico. 

Pasó dos meses en Úbeda. No acertó el galeno. Se presentó la erisipela en una pierna; luego vino la septicemia. Y en medio andaban los frailes con frialdad y era notoria la falta de consideración por parte del superior de la casa. Hasta que llegó el 13 de diciembre, cuando era de noche, que marchó al cielo desde el "estercolero del desprecio". Llovía. 

Al final de este resumen-recuerdo de un fraile místico que supo y quiso aprovechar el mal para sacar bien, el desprecio de los hombres para hacerse más apreciado de Dios, y el mismo lenguaje para expresar lo inefable de la misteriosa intimidad con Dios con lírica palabra estremecida, pienso que será buen momento para hacer mención de algunas de las obras que le han hecho figura de la cultura hispana del siglo XVI. Subida al Monte Carmelo y Noche oscura del alma que bien pueden considerarse tanto una obra como dos; el Cántico espiritual, Llama de amor viva y algunos poemas y avisos. 

Lo canonizaron en 1726. Pío XI lo hizo doctor de la Iglesia en 1926. Su gran conocedor y admirador Juan Pablo II, lo nombró patrono de los poetas 

Un fraile de cuerpo entero. 

11 de diciembre de 2011

Comentario a la Palabra


Domingo III de Adviento Tiempo. Ciclo B

Estad siempre alegres

11 de diciembre de 2011

San Pablo aborda a los tesalonicenses con un mandato difícil de sostener en el tiempo: ¡Estad siempre alegres! Entre la alegría podremos toparnos con algunas memorables, pero en ningún caso son perpetuas. Ese "siempre" asusta desde la conciencia de nuestra posición, tan tendente a lo pasajero, a lo eventual. Pero Pablo pone remedio a nuestra falta de perseverancia en una cuestión tan vital como es la alegría y habla de la constancia en el orar. Es decir: quien tiene trato asiduo con Dios, puede perdurar en alegría continua.
La alegría mana a borbotones en las lecturas de este domingo, con un claro propósito de que nos contagiemos de ella. Éste es el domingo llamado "Gaudete"(¡alegraos!), donde se lanza una mirada de anticipo sobre los misterios cuya memoria vamos a celebrar en el tiempo de Navidad.
En este III domingo de Adviento se produce un giro con respecto a la visión de Jesús: se relaja el acento en la venida gloriosa de Cristo al final de los tiempos, para subrayar la celebración de su venida en la carne entre nosotros y su presencia cercana y actual. Hemos llegado a la mitad del tiempo del Adviento y hay que prepararse para que el misterio del Dios hecho hombre encuentre morada perenne en nuestros corazones.
El Evangelio no describe la sonrisa de Juan, ni siquiera dice que la tuviera. La austeridad y penitencia de su vida mueven más a pensar en un rostro severo. Un observador externo que se detuviera a analizar el modo de vida de Juan desestimaría pronto en él la tibieza y, o bien consideraría que se trata de una persona terriblemente triste, próximo a la desesperación, o absolutamente alegre. Reparando un poco en su actividad, que revela su interés en preparar para la salvación, la vida del Bautista se resuelve con lo segundo, con motor de alegría. Difícilmente la tristeza de corazón moverá al ánimo a la conversión, a la esperanza, como lo hacía Juan, lo que nos permite concluir que era un hombre de alegría notoria. Se convierte así en testigo anticipado de la causa de nuestra alegría. Si es testigo de la luz, es porque antes conoció su resplandor, y de esta forma brilló en él, para aclarar el camino de los judíos, que reconocerán a la Luz que viene de lo Alto si antes disponen sus ojos para ver (consecuencia de la conversión).
¿Qué vemos que alegre nuestros ojos y avive la alegría en nosotros? Se anuncia la buena noticia a los que sufren, los corazones desgarrados son vendados, a los cautivos se les proclama la amnistía y a los prisioneros la libertad. Isaías desplegaba un mapa conciso con el anuncio de la justicia y los himnos ante todos los pueblos. Pero proclamaba brotes en el suelo y semillas germinadas en el jardín sin haberlos todavía visto. El profeta hablaba de un futuro impreciso en un plano, en el que Juan el Bautista señala certeramente el lugar donde se encuentra el tesoro, en medio de nosotros: el que existía antes que él, Jesucristo. Juan supera a los profetas en su cercanía con el Salvador, en su concreción del anuncio y Cristo supera a Juan y al resto de los profetas porque Él es el Anuncio, del que hablaban los profetas en lo lejano y el Bautista en lo inmediato. La alegría de Juan duplicaría la de los profetas, porque él vio la Luz, mientras que los profetas la intuían aún con lejanía aún no radiante. Y nuestra alegría, ¿no tendría que aventajar a la de Juan? Pues Dios nos ha hecho partícipes de esa Luz.
Nuestro testimonio debería ser más vigoroso que el de Juan, porque si él gozaba con anticipo, nosotros ya vivimos en Cristo. La alegría debería ser una seña de identidad del cristiano, el aval más expresivo de que Dios está con nosotros. Es lo que recordamos más intensidad en este Adviento, que Jesucristo ha de venir de nuevo con gloria, pero ya está entre nosotros, porque vino en carne mortal para que participemos nosotros de su carne gloriosa. Donde hay un cristiano triste hay motivo para que otros desconfíen de que Dios es realmente luz y salvador, y habrá escaso testimonio de Cristo. ¿Qué podrá sostenernos en la alegría sino la esperanza que nos trae Jesucristo nacido hombre en Belén, muerto y resucitado?
                                                                          Luis Eduardo Molina Valverde

9 de diciembre de 2011



EL SEÑOR VIENE....
Adviento

Allanad los caminos.
Allanad, sí, todos los caminos de la tierra
porque el Señor está cerca.
El vendrá y llenará de esperanza a quienes la perdieron
Vendrá en la noche para ser luz.
Vendrá para acompañar a l@s cansad@s,
a l@s etern@s desiludionad@s.
Ya pueden cantar victoria
quienes se creían abandonad@s.
Ya está el Salvador a la puerta.

Allanad los caminos.
Abrid caminos de esperanza,
quienes pasáis por este mundo
sin encontrar sentido a la vida.
Allanad los sendero, porque él vendrá.
Vendrá como rocío mañanero.
Rasgará los corazones de piedra
y ablandará la dureza de nuestra tierra seca.
Vendrá el Señor, no tardará.
Esperadlo en el umbral de vuestra casa,
porque sin hacer ruido vendrá
y lo inundará todo con su amor.

7 de diciembre de 2011

Novena - Inmaculada Concepción


¡QUIÉN PUDIERA COMO TÚ, MARÍA!

Llamas, María, silenciosamente
acompañada y rodeada de Misterios
y lo haces así porque, tu vida, fue grande en el silencio
porque, Dios, y nadie más, ocupó lo más santo de tus entrañas
porque, Dios, y nadie más, gustó la beldad interna  de tu cuerpo

¡QUIÉN PUDIERA COMO TÚ, MARÍA!

Decir al mundo que, en la pequeñez,
está el secreto de la felicidad y el asombro
Que, en la humildad, se funde la llave para conquistar a Dios
que, en la docilidad, es  donde uno se llena de la fuerza divina.

¡QUIÉN PUDIERA COMO TÚ, MARÍA INMACULADA!

Poseer aquella perfección  que al mismo Dios enamora
asaltar algunos de esos dones tuyos
con los que fuiste capaz de robar el mismo corazón al Creador
Vivir sintiéndonos amados por esa fuerza alta y extraña
que, cuando se acoge, es oasis de eternidad y de paz.

¡QUIÉN PUDIERA COMO TÚ, MARÍA!

Responder siempre “SI” sin mirar a lo que atrás se deja
Ofrecer al Señor  el campo de nuestro interior,
limpio y convertido, cuidado y reluciente
y que, Él, pudiera acampar sin miedo a ser rechazado.

Caminar, como Tú lo haces, sin temor ni temblor
sabiendo que, cuando Dios entra por una ventana de tu casa,
la ilumina con rayaos de paz y de alegría desbordantes
Gracias, Virgen Inmaculada: eres don y regalo.

Don para nuestra Iglesia
Regalo para todo el pueblo que, en nuestras luchas y debilidades, 
rezamos, cantamos, proclamamos y veneramos
tu inmensa pureza de Madre coronada de estrellas.
Amén.
                                                  Javier Leoz

Octubre 2012


4 de diciembre de 2011

Comentario a la Palabra - Domingo II de Adviento. Ciclo B



"En el desierto preparadle el camino al  Señor"
4 de diciembre de 2011
1ª Lectura: Is 40, 1-5. 9-11
Salmo: 84
2ª Lectura: 2Pe 3, 8-14
Evangelio: Mc 1,1-8
 
       El rigor del desierto hace atender a lo más necesario, a lo imprescindible. Las otras cosas se quedaron atrás, para que no se conviertan en fardo inútil. No podrá haber falta en lo fundamental, aunque venga un poco escaso. Lo demás será estorbo. Y donde hay ausencia de instrumental y aparato, tiene que aguzarse el ingenio y la inteligencia.
      Juan vivía en el desierto con lo justo; menos si cabe: una piel para vestirse ceñida con un cinturón y una alimentación de insectos y miel. Aquí se acaba su ajuar, porque todo lo demás lo recibía de Dios. Busca el desierto como hogar, no por afán de pobreza o de perfección espiritual, sino porque era el ambiente que él estimaba necesario para cumplir la misión que Dios le había encomendado. Misión de anuncio: pregonero de la venida del Salvador y preparador de ese momento. De ahí su voz con arranque de grito, que no se pregonaba a sí, sino a otro al que decía que no merecía desatarle las sandalias y que bautizaría con Espíritu Santo.
      El desierto repele a los amigos de las muchas cosas, de las cosas que, vistas desde fuera, siempre son demasiadas, aunque ellos crean que no son suficientes. Pero cuando una chispa prende dentro la llama que hace buscar la verdad, la autenticidad, un cambio de vida,... el desierto llama poderosamente la atención, porque su soledad, su aspereza, su aridez,... permite desembarazarse de lo superfluo y desnudarse ante Dios para verse uno mismo como es en sus entrañas, con miserias y grandezas, pero ante todo con la presencia misericordiosa de un Dios que ama sin condiciones. Mucha gente iba de Judea y de Jerusalén al desierto a encontrarse con Juan el Bautista para confesar sus pecados y ser bautizados por él. De Judea y de Jerusalén: la tierra escogida por Dios y la ciudad santa donde está el Templo. Esto hace suponer que se trataba de gente religiosa, personas piadosas. Pero la piedad exige conversión, no la dispensa. Este gesto de bautizar, signo de un agua que purifica y renueva (conversión) no era exclusivo del Bautista, sino que otros hombres de Dios lo habían utilizado antes que él en Israel. Lo genuino de Juan es que prepara la venida inmediata del que trae un bautismo que sí es diferente, pues lo hará con el Espíritu Santo. Un bautismo que puede perdonar realmente los pecados y generar un hombre nuevo.
      El desierto es silencioso, no necesita de voces; el susurro ya es ruidoso en el silencio solitario. ¿Para qué gritar en un silencio tan claro? Hasta cuatro veces nos habla Isaías de gritar o alzar la voz en la primera lectura; el Evangelio habla de gritar (recordando a Isaías) y proclamar. Juan Bautista es el sucesor de los profetas que anunciaban a Dios, como el último de ellos que introduce al Salvador mismo, detrás del cual no cabrá más profeta ni más Palabra de Dios (todo está dicho en el Hijo). El grito es convicción alegre de que Cristo llega y rompe el silencio del desierto con el anuncio algo grande: para que desde el desierto, no desde la ciudad, surja el clamor de lo nuevo; para estar convencidos de la fuerza de Cristo Salvador; para no caer en la desesperanza de pensar un desierto perpetuo... Entonces se producirá el milagro donde las realidades más fijas, más inmutables, cambian: ¡que los valles se levanten, que los montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale¡.
      Isaías anuncia el final del destierro del pueblo, pero está proyectando sus palabras mucho más allá, atisbando un destierro definitivo de todo mal, de toda ausencia de Dios.
     Dios tiene mucha paciencia con nosotros, porque nos quiere felices, nos quiere salvados, pero cuenta con nuestra aprobación y que lo busquemos también a Él. Para ello tenemos que salir al desierto y escuchar aquel grito contundente que anuncia un extraordinario cambio. Si no está cambiando todavía en ti, es que todavía no te has encaminado hacia el desierto.
                                                                     Luis Eduardo Molina Valverde

3 de diciembre de 2011

Domino II Tiempo Ordinario

HOJA PARROQUIAL

Oración de la Mañana a la Virgen - Novena de La Inmaculada


Cuando despuntan los primeros rayos del sol
y, el nuevo día llama a nuestras puertas
nuestras voces se unen para decirMARÍA.

Cuando las obligaciones nos  ponen en pie
y la responsabilidad nos convoca al trabajo
todo ello, lo encomendamos a un nombre: MARÍA.

Cuando abrimos la ventana
y vemos el horizonte del mundo que nos espera
miramos al cielo y decimos: MARÍA.

Cuando caminamos, surgen temores
y luchamos por una vida mejor
avanzamos pronunciando un nombre: MARÍA.

Cuando brotan las dificultades
y nos cuesta seguir adelante
recurrimos a un nombre: MARÍA.

Ponemos a tus plantas, Virgen María,
nuestros deseos de paz
las ganas de creer más en Jesús
la ilusión y nuestro esfuerzo
los sueños y nuestras inquietudes
la fe y nuestra esperanza
Que el mes de mayo, en el que todo florece,
también como ramas del gran árbol que es Jesús
demos los frutos del amor y del perdón
de la alegría y del compartir
del optimismo y la fortaleza
de la sencillez y de la verdad.
Que todo lo que hagamos y digamos en este día, María,
sea digno del nombre que llevamos: CRISTIANOS.
Amén.

2 de diciembre de 2011

Días previos a la Jornada Mundial de la Juventud en Cigales - jóvenes de California


Días previos en Cigales - JMJ 2011


Ecos de la JMJ 2011

Seguro que aún resuena en nosotros el himno de la pasada JMJ 2011 celebrada en Madrid, o aún tenemos recuerdos muy vivos de aquellos momentos vividos junto al Papa. Este vídeo resumen de la visita del Santo Padre a nuestro país puede ayudarnos. Encomendemos a todos esos jóvenes que allí estuvieron, para que realmente el Señor se haga el encontradizo con ellos y puedan ver lo que Él les pide en sus vidas.

1 de diciembre de 2011

Novena de la Inmaculada Concepción


María, mujer

· Santa María, Mujer y Madre. 
· Escucha nuestra oración de hijos.
· Santa María, hermana nuestra. 
· Bajo tu amparo nos acogemos, Madre.
· Santa María, mujer fuerte.
· Pon fortaleza en nuestras vidas débiles. 
· Santa María, mujer emigrante.
· Ven con nosotros al caminar.
· Mujer dedicada al servicio de a los demás. 
· Líbranos de nuestro egoísmo.

Palabra de Dios (Gál. 4, 4-7)

              Cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a su Hijo, naci­do de una mujer, nacido bajo la ley, para que recibiéra­mos el ser hijos por adopción. Como somos hijos, Dios envió a nuestros corazones el espíritu de su Hijo que cla­ma ¡Abba! ¡Padre! Así que no eres esclavo, sino hijo. Y si eres hijos, eres también heredero por voluntad de Dios.

Oración:

María: Tú has sido escogida por Dios. 
Él te ha regalado sus dones y tú te has hecho su esclava
Reconociste lo poco que eras, 
según tu mirar,
y Él te hizo la llena de gracia,
la bendita entre todas las mujeres. 

Dios te hizo su Madre
y tú has vivido tu vida con sencillez,
sin mayor importancia 
desarrollando plenamente tu vida humana.

Te pedimos, Madre,
que vayamos por la vida 
reconociendo la mano de Dios
dándole las gracias por todo lo que nos regala;
saltando de gozo por lo mucho que nos ama.

Madre, danos ojos para descubrir las maravillas
que Dios va realizando en nuestras vidas.

30 de noviembre de 2011

Comienzo de la novena a la Inmaculada Concepción

Hoy comienza la novena a la Inmaculada Concepción en nuestra Parroquia. A las 19 horas tendremos la Eucaristía, y dentro de la Misa comenzaremos el primer día de la novena. Acudamos a la Virgen María, la sin mancha, la sin pecado concebida, para que Ella nos ayude en la lucha contra el pecado y el mal. Acudir a la novena será también una buena forma de disponer el corazón en este tiempo de Adviento para recibir al niño Dios que quiere nacer dentro de nosotros en la próxima Navidad. 


La Virgen María esperó a su Hijo con inefable amor de Madre. Hagamos nosotros lo mismo. Acojamos la invitación de Juan el Bautista, que nos anima a preparar el camino al Señor y a allanar sus senderos. Que María, la Inmaculada, nos ayude e interceda por nosotros.