30 de noviembre de 2011

Comienzo de la novena a la Inmaculada Concepción

Hoy comienza la novena a la Inmaculada Concepción en nuestra Parroquia. A las 19 horas tendremos la Eucaristía, y dentro de la Misa comenzaremos el primer día de la novena. Acudamos a la Virgen María, la sin mancha, la sin pecado concebida, para que Ella nos ayude en la lucha contra el pecado y el mal. Acudir a la novena será también una buena forma de disponer el corazón en este tiempo de Adviento para recibir al niño Dios que quiere nacer dentro de nosotros en la próxima Navidad. 


La Virgen María esperó a su Hijo con inefable amor de Madre. Hagamos nosotros lo mismo. Acojamos la invitación de Juan el Bautista, que nos anima a preparar el camino al Señor y a allanar sus senderos. Que María, la Inmaculada, nos ayude e interceda por nosotros. 

29 de noviembre de 2011


ADVIENTO 2011:
10 PISTAS PARA REEVANGELIZAR
Javier Leoz



1.Escucha con más atención la Palabra del Señor. ¿Cómo vamos hablar de aquello que no conocemos? “El que escucha la palabra y la entiende, ése dará fruto” (Mt 13, 23)

2.Coloca, en un lugar relevante de tu casa, la Biblia. “Donde está tu tesoro, allí está tu corazón” (Mt 6,19-23)

3.Adorna el exterior de la puerta de tu casa con la Corona de Adviento. ¿Qué significa? Entre otras cosas que, tu familia, prepara la Navidad con sentimientos cristianos. Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora. (Mt 25, 1-13)

4.Vive y celebra con interés la Eucaristía. No te conformes con participar en la misa dominical. ¿No tomas todas las mañanas un café? ¿No te sientas a la mesa al mediodía todos los días? ¿Acaso Dios, y tu vida interior, no merece un poco más? “Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18,20)

5. ¿Cuánto hace que no buscas el silencio, la soledad, la contemplación en el interior de una iglesia? Procura, en este tiempo de adviento, tener esa experiencia: el encuentro personal, sin más añadidos que el silencio, con Dios que viene a tu encuentro. Será una sensación muy oxigenante para tu vida. “Señor, enséñanos a orar” (Lc 11, 1)

6. El Papa Benedicto XVI nos recuerda constantemente una exigencia actual: la Nueva Evangelización. ¿Transmites las verdades cristianas en tu familia? ¿Bendices la mesa antes de comer? ¿Te santiguas en el momento de salir a la calle, emprender un viaje o pasar por delante de una iglesia? La Nueva Evangelización no son el hacer cosas nuevas…sino el recuperar lo esencial: no dejarnos descafeinar por el secularismo galopante. “Porque el que se avergüence de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y la del Padre, y la de los santos ángeles.”(Lc 9,26)

7 .No olvides, en este tiempo de Adviento, la presencia y la figura de la Virgen María. Nunca, una mujer tan sencilla, fue tan feliz por dentro y por fuera. ¿Rezas el ángelus? ¿Cuánto hace que no visitas un santuario mariano o que no rezas el Ave María? “..desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.”(Lc 1,48)

8. El Adviento es una puerta abierta a la esperanza. ¿Cuáles son tus sueños? ¿En dónde están puestas tus metas? ¿Juega la fe un papel fundamental en tu vida? Testimonia tu fe allá donde estés. No te dejes asediar por la timidez. No encierres dentro de ti aquello que, en Navidad, es lo más grande: Cristo. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt 28,
16-20).

9. El Papa Benedicto XVI ha convocado, a partir del 12 de octubre de 2012 “El Año de la Fe”. ¿Por qué no iniciamos ya desde ahora nuestro interés por el Evangelio? Tal vez, un regalo para el alma, el espíritu y el bienestar físico y moral, es el Evangelio del 2012. ¡Cómpralo y…obséquialo! "Lo que hiciereis con uno de estos pequeños, a mi me lo hacéis” (Mt 25,40)

10. El Adviento es un despertador de nuestra conciencia cristiana. Nos hace tomar posiciones. No solamente somos oyentes. Que sea un tiempo privilegiado para, con persuasión y convencidos de lo que somos y de la Navidad que se acerca, mantengamos la tensión espiritual de nuestra vida. Que no nos engulla el ambiente consumista. Que, lejos de deshacernos como un azucarillo en el agua, nos mantengamos a flote anunciando lo que está por venir: JESUS.

27 de noviembre de 2011

SIGLAS DE DOCUMENTOS QUE UTILIZAMOS EN LA CATEQUESIS

SIGLAS

Comentario a la Palabra de Dios

"No sabéis el día ni la hora"

No miran igual los ojos que ya ha atravesado la meta que los que todavía avanzan en camino. La vista atrás desvela fatigas, desalientos y sacrificios que no se sabe exactamente cómo se superaron; y la mirada hacia adelante alcanza a encontrar estímulo en un final de trayecto que todavía no ha llegado. Los ojos fueron por delante de los pies para anticipar el triunfo y estimularlos así a la carrera; pero, para sostener a los ojos en ver lo que todavía no ha llegado, obra la paciencia.
Pudo entenderse en algún momento que la paciencia funcionaba a modo de una báscula sin limitación de peso, donde se le iban añadiendo cargas y cargas conforme uno se iba topando con ellas en su historia. Aquí el ejercicio de la paciencia iba unido a un aguante sin restricciones de cualquier sufrimiento de la naturaleza que fuese. Claro, de esta forma paciencia consistía en la virtud de una especie de resignación que no ponía en cuestión si el sufrimiento concreto era remediable. Esta interpretación condenaba la paciencia a una pasividad inmerecida, cuando, sin embargo, la paciencia tiene talento de rebelde.
La llamada a la vigilancia que hace Jesús con contundencia: ¡Velad! es insostenible sin la paciencia. El tramo que distancia lo prometido de la promesa o, desde la imagen de la parábola de este evangelio, el tiempo que va desde la partida del amo de la casa hasta su vuelta, está amarrado por la fe: la certeza de saber que ciertamente va a regresar, y por la esperanza: el deseo ardiente de encontrarse con el amo cuando regrese. Pero ambas necesitan el auxilio de la paciencia como el ejercicio cotidiano de esperanza y de fe que aviva la llama vital que mantiene la actitud de vigilancia, con especial intensidad cuando aumentan las circunstancias suponen una seria amenaza contra la misma llama. La condición de rebeldía de la paciencia advierte que no es pasiva ante los avatares, sino que asume la dificultad o el sufrimiento inevitable con aprendizaje y maduración, y el que tiene remediable con implicación para su remedio. Esta actitud convierte a la paciencia en una posición activa donde cada lucha cotidiana, afrontada pacientemente, es un triunfo contra la desesperanza o la duda de fe y un trabajo decidido y valiente que va haciendo presente lo que todavía no ha llegado por completo.
Isaías vuelca su esperanza en la cercanía de un Dios que sale al encuentro de quienes quieren acercarse a Él. El pasaje aparece como una persecución en la que el profeta comienza lamentando la lejanía de Dios, para luego proclamar su proximidad y el distanciamiento del hombre que se aparta de Él, para finalmente anunciar el encuentro manifestando la necesidad de la paternidad de Dios misericordioso en la imagen del alfarero (que recuerda la creación de Adán, plasmado por las manos de Dios). La cercanía de Dios es patente para el que cree y su vida es testimonio visible por su conducta de esa fe, y al mismo tiempo, tiene presente la distancia que lo separa de Él, y que le empuja a tener que seguir buscándolo, como quien oculta su rostro para que se le busque más y se le conozca mejor. Donde tendría que haber búsqueda paciente, en muchos causa desesperanza y lejanía de Dios, porque quisieron inmediatamente lo que necesitaba un crecimiento paulatino, también en paciencia. Los dones de Dios que tantas veces se frustraron en sus hijos de Israel, cerrados a su presencia paternal, fructificaron en Cristo en la comunidad de Corinto. San Pablo agradece a Dios la gracia que ha puesto en ellos ¡en el hablar y en el saber! Que no haya llegado el momento final no es causa de desaliento, sino, al contrario, de testimoniar a Cristo, de permanecer firmes, de obrar con los dones recibidos de Dios. El deseo del encuentro con el Señor hace vivir con paciencia el momento presente y trabajar haciendo ya aquí encuentro con Él, aunque todavía no sea definitivo.
El reto de la vigilancia es ir tomando posesión cada vez más plena de la propia existencia, movida por la esperanza de la promesa de Cristo. De no ser así, nos poseerá lo presente, lo inmediato, lo eventual, que en impaciencia traerá miedo y duda y desánimo.
El Adviento comienza rugiendo con solicitud por la esperanza, que no podrá llevarse a cabo sin esa paciencia que afronta valientemente los retos y las dificultades diarias para hacernos fuertes en la debilidad. El sueño puede llegar a cualquier hora del día y se hará más nocivo cuanto más dudemos de que el amo de la casa realmente vuelva. De nosotros depende que esté ya volviendo, porque, asociados a Él, lo hacemos presente poniendo en práctica los dones que ha puesto en nosotros. La paciencia pone en ejercicio todo aquello, que, de otra forma, permanecería inoperante e inútil. Cuántas veces, mirando hacia atrás hemos pensado: !Si hubiese durado esto un poco más no habría resistido...! o ¡Ahora no tendría fuerzas para afrontar aquello...! Sostuvo la fuerza de Dios en esperanza paciente. Así se va preparando el camino al Señor.
                                                          Luis Eduardo Molina Valverde

26 de noviembre de 2011

Domingo 1º de Adviento, Ciclo B, Hoja Parroquial

Hoja Parroquial

Mañana, con el comienzo del Adviento, comienza también una iniciativa en nuestra diócesis. A partir de mañana, 27 de noviembre, cada día se rezará en toda nuestra diócesis de Valladolid por un sacerdote. ¡Qué necesario es rezar por los sacerdotes! Es una manera preciosa de personalizar nuestra plegaria ante el Señor. Mañana rezaremos por las vocaciones sacerdotales en general y a partir del lunes por un sacerdote en concreto. Que entre todos apoyemos esta iniciativa, de la que nos haremos eco en nuestras Eucaristías de cada día. 

SEMANA 1:
PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO
El Señor viene
            «Dios todopoderoso, aviva en tus fieles, al comenzar el Adviento, el deseo de salir al encuentro de Cristo, acompañados por las buenas obras, para que, colocados un día a su derecha, merezcan poseer el reino eterno. Por nuestro Señor».

24 de noviembre de 2011

Adviento 2011


Jueves, 24 de Noviembre de 2011


Andrés Dung-Lag y compañeros, Santos
117 Mártires vietnamitas de los siglos XVIII y XIX, 24 de noviembre
 
Andrés Dung-Lag y compañeros, Santos

Mártires de Vietnam

    Esta memoria obligatoria de los ciento diecisiete mártires vietnamitas de los siglos XVIII y XIX, proclamados santos por Juan Pablo II en la plaza de San Pedro el 19 de junio de 1988, celebra a mártires que ya habían sido beatificados anteriormente en cuatro ocasiones distintas: sesenta y cuatro, en 1900, por León XIII; ocho, por Pío X, en 1906; veinte, en 1909, por el mismo Pío X; veinticinco, por Pío XII, en 1951.

     No sólo son significativos el número insuperado en la historia de las canonizaciones, sino     también la calificación de los santos (ocho obispos, cincuenta sacerdotes, cincuenta y nueve laicos), la nacionalidad (noventa y seis vietnamitas; once españoles; diez franceses, el estado religioso (once dominicos; diez de la Sociedad de las Misiones Extranjeras de París; otros del clero local, más un seminarista, el estado laical (muchos padres de familia, una madre, dieciséis catequistas, seis militares, cuatro médicos, un sastre; además de campesinos, pescadores y jefes de comunidades cristianas).

    Seis de ellos fueron martirizados en el siglo XV, los demás, entre 1835 y 1862; es decir, en el tiempo del dominio de los tres señores que gobernaban Tonkín, Annam y Cochinchina, hoy integradas en la nación de Vietnam.

    En gran parte (setenta y cinco) fueron decapitados; los restantes murieron estrangulados, quemados vivos, descuartizados, o fallecieron en prisión a causa de las torturas, negándose a pisotear la cruz de Cristo o a admitir la falsedad de su fe.

    De estos ciento diecisiete mártires, la fórmula de canonización ha puesto de relieve seis nombres particulares, en representación de las distintas categorías eclesiales y de los diferentes orígenes nacionales. El primero, del que encontramos una carta en el oficio de lectura, es Andrés Dung-Lac. Nació en el norte de Vietnam en 1795; fue catequista y después sacerdote. Fue muerto en 1839 y beatificado en 1900. Otros dos provienen del centro y del sur del Vietnam. El primero, Tomás Tran-VanThien, nacido en 1820 y arrestado mientras iniciaba su formación sacerdotal, fue asesinado a los dieciocho años en 1838; el otro es Manuel Le-Van-Phung, catequista y padre de familia, muerto en 1859 (beatificado en 1909).

    Entre los misioneros extranjeros son mencionados dos españoles y un francés. El dominico español Jerónimo Hermosilla, llegado a Vietnam en 1829, vicario apostólico del Tonkín oriental, fue muerto en 1861 (beatificado en 1909); el otro dominico, el obispo vasco Valentín de Berriochoa, que llegó a Tonkín en 1858, a los treinta y cuatro años, fue muerto en 1861 (beatificado en 1906).

     El francés Jean-Théophane Vénard, de la Sociedad de las Misiones Extranjeras de París, llegó a Tonkín en 1854 y fue asesinado a los treinta y dos años (beatificado en 1906): sus cartas inspiraron a santa Teresa de Lisieux a rezar por las misiones, de las que fue proclamada patrona junto con san Francisco Javier. 

22 de noviembre de 2011

Esta tarde, a las 19:30 horas habrá una reunión de catequistas en nuestra Parroquia, para seguir con los temas referentes a la Escuela de catequistas. Hoy trataremos los temas 3 y 4. En este día de Santa Cecilia, patrona de los músicos y de aquellos que evangelizan a través de la música, encomendémonos a la intercesión de esta santa, virgen y mártir. Hay mucha necesidad hoy día de testigos como Cecilia y otros muchos mártires, que defendieron su fe hasta dar la vida.

En nuestras catequesis bien se puede dar testimonio de nuestra fe, ayudar a otros a llegar a Dios, a descubrir la maravilla de ser cristiano. Hagámoslo, y para ello necesitamos de la formación, que es lo que hacemos en nuestras reuniones de catequistas.

21 de noviembre de 2011

Presentación de María en el templo

Hoy la iglesia celebra la memoria de la Presentación de la Virgen María en el templo. Una fiesta de arraigo popular y que no aparece en los Evangelios canónicos, sino en uno de los apócrifos. Felicitamos a todas las que llevan el nombre de Presentación. ¡Muchas felicidades!


Quizá será bueno que en este día cada uno de nosotros nos presentemos ante el Señor, al igual que Joaquín y Ana presentan a María ante Él. Ojalá que pongamos ante nuestro Dios todo aquello que nos preocupa y agobia, también nuestras necesidades e intenciones, nuestras tristezas y alegrías. 

Presentemos lo mejor de nosotros, pero también nuestros pecados, para que el Señor los transforme con la fuerza de su misericordia.