El papa Benedicto XVI ha anunciado este lunes su renuncia al Pontifcado, que será efectiva a partir del 28 de febrero. La noticia la ha dado a conocer en un discurso en latín durante un acto interno de canonización, según ha anunciado el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi.
El pontífice, de 85 años, ha asegurado que esta decisión la toma "con total libertad y por falta de fuerzas":
"Queridísimos hermanos, os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando", se lee en el comunicado.
Prosigue: "Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado".