Le acompañaba D. Cresceniano Saravia, capellán del Monasterio y el P. Juan Carlos Plaza, párroco de Cigales. Un pequeño grupo de fieles se dio cita para celebrar el Domingo, día del Señor.
Las MM. Clarisas cantaron muy bellamente la Misa y con mucha devoción seguían toda la celebración litúrgica.
El señor arzobispo comenzó su homilía agradeciendo a las MM. Clarisas su vida de piedad y oración, junto a la cruz siempre del Señor, para interceder por nosotros. A continuación reconoció la misión de D. Crescenciano, que a sus 87 años, es capellán de dicho monasterio. A continuación nos habló de las lecturas de este domingo. Especialmente se centro en el tema común tanto de la primera lectura (Is 1-2a.3-8) y el evangelio de Lucas (La pesca milagrosa: 5, 1-11). Ambos textos, relatos de vocación.
Al finalizar la Eucaristía D. Ricardo saludó a los fieles y se interesó cordialmente por todos ellos.
A continuación la madre abadesa, Sor Isabel, recibió al prelado, al capellán y al párroco, a la puerta del Monasterio, pidiendo permiso al señor arzobispo para abrir la clausura para el clero invitado a comer.
La comida fue en el refectorio de comunidad. Una comida sencilla: sopa, salmón, postre y café. D. Ricardo agradeció la gratitud de las hermanas y les preguntó por sus orígenes, saliendo las provincias de Palencia, Zamora, León, Asturias, Galicia y Guipúzcoa, pero ninguna aún de Valladolid; las hermanas no pierden la esperanza y piden para que el Señor les envíe vocaciones de nuestra diócesis.
Finalmente, el arzobispo pasó a la sala capitular donde pudo dialogar con todas ellas y firmar en el libro del Monasterio.
Fue una bonita visita inesperada pero que nos llenó a todos de mucha alegría. ¡GRACIAS!
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