30 de septiembre de 2013
22 de septiembre de 2013
21 de septiembre de 2013
18 de septiembre de 2013
16 de septiembre de 2013
13 de septiembre de 2013
12 de septiembre de 2013
Exposición fotográfica en Cigales
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En este marco la parroquia Santiago Apóstol de Cigales en colaboración con el Excmo. Ayuntamiento de Cigales organiza una exposición de fotos de la iglesia parroquial, tanto de ayer como de hoy. 50 se podrán ver impresas y cientos podrán apreciar en una proyección. Todo ello en el Centro Parroquial "La Panera".
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El horario será de 12 a 14h y de 18 a 20h.
9 de septiembre de 2013
San Pedro Claver, SJ.

Inglaterra tomó en cierta manera parte en la abolición del tráfico de esclavos, pero también fueron los ingleses quienes, por medio de personajes tan infames como Sir John Hawkins, desempeñaron una parte muy importante en el establecimiento de ese mismo tráfico entre el África y el Nuevo Mundo, en el siglo dieciséis. Y entre los verdaderos héroes que dieron sus vidas en defensa de las víctimas de aquella siniestra explotación, pertenecientes a países que no recibiron las doctrinas de la Reforma, el más grande de todos fue, sin duda, san Pedro Claver, natural de aquella España católica, que por entonces se hallaba en el apogeo de su gloria y su poder, pero que no era, para la mayoría de los ingleses más que un país de piratas, de imperialistas sin escrúpulos y de una religión supuestamente cruel, a juzgar por el Tribunal de la Inquisición, sobre el que corrían fantásticas versiones en Inglaterra. Pedro nació en la ciudad de Verdú, en la región de Cataluña, hacía 1581 y, como desde chico dio muestras de poseer grandes cualidades de inteligencia y de espíritu, se le destinó a la Iglesia y se le mandó a estudiar a la Universidad de Barcelona.
8 de septiembre de 2013
Virgen de Viloria
Hoy en la iglesia
universal celebramos la Natividad de nuestra Señora, que aquí es conocida como
Viloria. La religiosidad popular nos lleva a celebrar este día ampliamente,
como si esta fiesta tuviera su octava, y no tiene octava sino que tiene novena.
Durante estos días previos a la fiesta de su cumpleaños hemos cumplido con la
tradición en este pueblo de vivir con fervor la devoción a la Virgen María. Han
sido días de recogimiento, han sido días de disponerse, de petición, de acción
de gracias, de encuentro, de silencio, de cercanía, de escucha, etc.,… Han
querido ser unos días para acercarnos al Señor por medio de nuestra Madre.
Y que tristeza sienten las madres de
la tierra cuando los hijos se distancian, no solo se distancian entre ellos y
la madre sino que muchas veces los hermanos se distancian entre sí. Muchas
veces lo sufren calladamente. Pues cuanto más la Madre común de todos cuando
sus hijos se distancian, aunque hoy parezcan más próximos, que ni tan siquiera
le visitan, que ni tan siquiera le hablan. Que tristeza siente esta Madre
cuando los hijos se distancian incluso entre ellos mismos, que ni tan siquiera
se hablan.
Queridos hermanos y hermanos,
estamos celebrando la advocación de la Virgen que más raigambre tiene en
nuestro pueblo, no es de ahora, viene de mucho tiempo atrás, en nosotros hay un
legado, que no consiste en seguir simplemente unas tradiciones, sino en
profundizarlas para crecer, como dice la oración que tantas veces rezamos a la
Virgen de Viloria, en el amor al Señor.
Y esa oración hemos de pararnos más
para sacarla toda la sustancia que ella contiene: María es patrona y abogada,
es decir que nos protege, pero no solo por llevar el escapulario en el
retrovisor del coche, sino porque a ella nos confiamos. Pero en el fondo no es
María la que quiere ser adorada, sino venerada, ella nos anima a adorar a su
Hijo Jesús, a ponernos en su presencia, que da paz, la oración pacifica, por
ello ante situaciones bélicas, violentas, de guerra, hagamos oración. Así hacía
la Iglesia en el día de ayer, pidiendo al Señor por la paz en Siria y en todo
Oriente Medio.
Como esa misma oración dice, el
hecho de ponernos a los pies del Señor, nos hace agachar la mirada, llenarnos
de humildad y reconocer nuestra pobre condición pecadora, que le queda mucho
para ser como Él, el todo Santo.
A María le encomendamos todo: alma,
cuerpo, casa, familia, amigos, hasta los enemigos, parientes y aquellos que nos
ayudan, los bienes temporales y también la honra. Nada que nos atraviesa de
arriba abajo queda sin ser presentado a la buena Madre.
Y a ella se le presenta la Iglesia
Católica, porque en ella estamos, como Madre también amamos. Y se le encomienda
nuestra nación y dentro de ella nuestra tierra particular porque es a esta
villa donde se dirigen especialmente sus favores.
Finalmente a la Virgen se le pide
que aumente nuestra fe, florezca la paz y reine la caridad especialmente en sus
devotos. Es decir en todos nosotros que estamos aquí. No nos quedemos
tranquilos como estamos sino que siempre tengamos el deseo del más, del estar
más cerca, del ser más cercanos, de ser más humildes, de tener más fe, de
ayudar más, de practicar más nuestra religión, de dar más de nuestro tiempo,
ser más solidarios, etc.,…
Como
ven ser devotos de la Virgen es exigente. María nos pide que pasemos de la
mediocridad y de la tibieza al compromiso serio por hacer crecer el Reino de
Dios y su justicia. Y esto que parece una frase ya muy oída, quiere decir, que
ojalá cada día más la fe nos cale más adentro de nosotros mismos para que nos
haga ponernos delante del Señor, y reconociendo nuestra pobreza, nuestras
limitaciones y debilidades, pecados, podamos abrir las manos hacia arriba para
desear recibir todo lo bueno que desciende de allí. Entonces, sí estaremos
recargados para la acción, para la transmisión alegre y feliz de la fe a
nuestros contemporáneos, especialmente en nuestra familia, en nuestro pueblo,
comunidad cristiana, trabajo, cofradía,… en cada rincón por donde nosotros nos
movamos.
Que
la Virgen María nos ayude a sentir su cercanía, para que sintiéndola, podamos
ser nosotros aún más cercano a ella. Así sea.
6 de septiembre de 2013
5 de septiembre de 2013
Beata Madre Teresa de Calcuta

4 de septiembre de 2013
La diócesis de Valladolid se une a la Jornada de Oración y Ayuno por la Paz convocada por el Papa Francisco.
Con motivo del conflicto que afecta a la población de Siria, el Papa Francisco ha convocado en toda la Iglesia, el próximo 7 de septiembre, víspera de la Natividad de María, Reina de la Paz, una Jornada de oración y ayuno por la paz en Siria, en Oriente Medio y en el mundo entero.
El arzobispo de Valladolid anima a todos los vallisoletanos a vivir con esperanza y recogimiento esta Jornada tan especial.
Además, invita a los sacerdotes para que tengan en cuenta esta intención en la celebración de las Misas del sábado, 7 de septiembre, e introduzcan en la oración de los fieles de todas las celebraciones litúrgicas de ese día una petición, en unión con las intenciones del Papa, para implorar de Dios el don de la paz para la nación siria y para todas las situaciones de conflicto y de violencia en el mundo.
Al mismo tiempo, D. Ricardo Blázquez presidirá un Vigilia por la Paz que se celebrará el sábado, 7 de septiembre, a las 22:00 h. en la iglesia parroquial de san Lorenzo, sede de la patrona de la ciudad de Valladolid.
El papa convoca a ayuno y oración por Siria
Hoy, queridos hermanos
y hermanas, quisiera hacerme intérprete del grito que, con creciente angustia,
se levanta en todas las partes de la tierra, en todos los pueblos, en cada
corazón, en la única gran familia que es la humanidad: ¡el grito de la paz! Es
el grito que dice con fuerza: Queremos un mundo de paz, queremos ser hombres y
mujeres de paz, queremos que en nuestra sociedad, desgarrada por divisiones y
conflictos, estalle la paz; ¡nunca más la guerra! ¡Nunca más la guerra! La paz
es un don demasiado precioso, que tiene que ser promovido y tutelado.
Vivo con particular
sufrimiento y preocupación las numerosas situaciones de conflicto que hay en
nuestra tierra, pero, en estos días, mi corazón está profundamente herido por
lo que está sucediendo en Siria y angustiado por la dramática evolución que se
está produciendo.
Hago un fuerte llamamiento a la paz, un llamamiento que nace de lo más profundo de mí
mismo. ¡Cuánto sufrimiento, cuánta destrucción, cuánto dolor ha ocasionado y
ocasiona el uso de las armas en este atormentado país, especialmente entre la
población civil inerme! Pensemos: cuántos niños no podrán ver la luz del
futuro. Condeno con especial firmeza el uso de las armas químicas. Les
digo que todavía tengo fijas en la mente y en el corazón las terribles imágenes
de los días pasados. Hay un juicio de Dios y también un juicio de la historia
sobre nuestras acciones, del que no se puede escapar. El uso de la violencia
nunca trae la paz. ¡La guerra llama a la guerra, la violencia llama a la
violencia!
Con todas mis fuerzas,
pido a las partes en conflicto que escuchen la voz de su conciencia, que no se
cierren en sus propios intereses, sino que vean al otro como a un hermano y que
emprendan con valentía y decisión el camino del encuentro y de la negociación,
superando la ciega confrontación. Con la misma fuerza, exhorto también a la
Comunidad Internacional a hacer todo esfuerzo posible para promover, sin más
dilación, iniciativas claras a favor de la paz en aquella nación, basadas en el
diálogo y la negociación, por el bien de toda la población de Siria.
Que no se ahorre
ningún esfuerzo para garantizar asistencia humanitaria a las víctimas de este
terrible conflicto, en particular a los desplazados en el país y a los
numerosos refugiados en los países vecinos. Que los trabajadores humanitarios,
dedicados a aliviar los sufrimientos de la población, tengan asegurada la
posibilidad de prestar la ayuda necesaria.
¿Qué podemos hacer nosotros por la paz en el
mundo? Como decía el Papa
Juan XXIII, a todos corresponde la tarea de establecer un nuevo sistema de
relaciones de convivencia basadas en la justicia y en el amor (cf. Pacem in terris [11 abril 1963]: AAS 55
[1963], 301-302).
¡Que una cadena de compromiso por la paz una a
todos los hombres y mujeres de buena voluntad! Es una fuerte y urgente
invitación que dirijo a toda la Iglesia Católica, pero que hago extensiva a
todos los cristianos de otras confesiones, a los hombres y mujeres de las
diversas religiones y también a aquellos hermanos y hermanas no creyentes: la paz es un bien que
supera cualquier barrera, porque es un bien de toda la humanidad.
Lo repito alto y fuerte: no es la cultura de la
confrontación, la cultura del conflicto, la que construye la convivencia en los
pueblos y entre los pueblos, sino ésta: la cultura del encuentro, la cultura
del diálogo; éste es el único camino para la paz.
Que el grito de la paz se alce con fuerza para que
llegue al corazón de todos y todos depongan las armas y se dejen guiar por el
deseo de paz.
Por esto, hermanos y hermanas, he decidido
convocar en toda la Iglesia, el próximo 7 de septiembre, víspera de la Natividad
de María, Reina de la Paz, una jornada de ayuno y de oración por la paz en
Siria, en Oriente Medio y en el mundo entero, y también invito a unirse a esta
iniciativa, de la manera que consideren más oportuno, a los hermanos cristianos
no católicos, a los que pertenecen a otras religiones y a los hombres de buena
voluntad.
El 7 de septiembre en
la Plaza de San Pedro, aquí, desde las 19.00 a las 24.00 horas, nos reuniremos
en oración y en espíritu de penitencia para implorar de Dios este gran don para
la amada nación siria y para todas las situaciones de conflicto y de violencia
en el mundo. La humanidad tiene necesidad de ver gestos de paz y de oír
palabras de esperanza y de paz. Pido a todas las Iglesias particulares que,
además de vivir esta jornada de ayuno, organicen algún acto litúrgico por esta
intención.
Pidamos a María que
nos ayude a responder a la violencia, al conflicto y a la guerra, con la fuerza
del diálogo, de la reconciliación y del amor. Ella es Madre. Que Ella nos ayude
a encontrar la paz. Todos nosotros somos sus hijos. Ayúdanos, María, a superar
este difícil momento y a comprometernos, todos los días y en todos los
ambientes, en la construcción de una auténtica cultura del encuentro y de la
paz. María, Reina de la Paz, ruega por nosotros.
FRANCISCO
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