29 de abril de 2016

PALABRAS DEL PÁRROCO EN LA VISITA DEL CARDENAL ARZOBISPO DE VALLADOLID A LA PARROQUIA DE CIGALES



           Estamos concluyendo la celebración de la Eucaristía, es Domingo, es lo mejor que podemos y debemos hacer los cristianos, pues SOMOS EL PUEBLO DE LA EUCARISTÍA.

         Un grupo de jóvenes, muy próximos al sacramento del Matrimonio acaban de recibir el Sacramento de la Confirmación y de la Eucaristía. Una parte de nuestra comunidad parroquial se ha querido hacer presente en este día. Ciertamente, en el pueblo somos muchas casas, muchas personas, pero somos los que vemos, hoy se echan de menos a los más pequeños y a sus familias. Cuesta mantener un ritmo semanal, cuesta llevar a cabo el compromiso cristiano aquí y fuera de aquí. Pero vivimos, aún así, esperanzados porque el Espíritu nos empuja, envía y anima, somos cristianos que procuramos vivir en clave de Pascua; el Viviente nos hace estar vivos y no dormidos ni mucho menos adormecidos.

           Todos recordamos la última vez que usted visitó nuestra parroquia con motivo de las confirmaciones del 4 de mayo de 2013. Siempre es un consuelo recibir al Pastor, sucesor de los apóstoles, que nos preside, nos dirige la Palabra y la oración. Durante este período de tiempo usted fue creado por el Papa Francisco cardenal de la Iglesia. Hoy todos nosotros le felicitamos y nos alegramos; el Señor sabe en quién se fija y porqué. Y, ahora, junto a usted, muy pronto, también bregará en esta porción del Pueblo de Dios, Don Luis, como obispo auxiliar. Rezamos por nuestros pastores.

           Y en este tiempo nuestra comunidad parroquial poco a poco navega, inspirados por la Palabra y alimentados por los sacramentos, especialmente de la Reconciliación y de la Eucaristía. Nuestra comunidad se construye desde los pilares propios que sostienen la Iglesia: la caridad, la liturgia y la evangelización.

           Y nuestro templo parroquial también intenta construirse, pues a veces sentimos que se nos cae a trocitos. No hace mucho intervenimos en el tejado de la iglesia, en dos fases, la parroquia aportando 90.000€ y la Junta de Castilla y León 60.000€. Contribuimos al embellecimiento de este magno templo, al que algunos llaman “catedral del vino”, pues en el pasado fueron muchos viticultores los que invirtieron en esta preciosa iglesia. Y así vamos poco a poco: recuperamos la llave, y por tanto de la entrada en la Capilla de San Juan Bautista, durante muchos años cerrada para privilegio de unos pocos, vamos limpiando retablos y cancelas, pintado las puertas, y tenemos un proyecto próximo de intervenir en el presbiterio; en este momento ese proyecto está en supervisión de la Dirección General del Patrimonio, etc. Lo que está en nuestras manos hacemos. La calefacción es un sueño, ojalá algún día se pueda valorar.

           Gracias a la generosidad de la gente de este pueblo que nos ayuda, es cómo podemos y podremos sacar adelante este proyecto de restauración general de esta cuasi catedral, para construir la iglesia que pensaron nuestros antepasados para celebrar la fe y también hoy para recibir a mucha gente para que pueda pasar del atrio hasta el mismo altar. Deseamos ser Iglesia en salida que vaya buscando la manera de atraer a todos hacia el corazón de Dios.

           Termino diciendo, que esta celebración se quiere prolongar en La Panera. Allí hay algún dulce, alguna bebida para que todos podamos compartir. Gracias.

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