No es rico quien mucho tiene. Es rico aquel o aquella que, con
lo que tiene, sabe disfrutar y ser feliz. “La avaricia rompe el saco” dice un
refrán.
Nunca como hoy el mundo, la sociedad, la familia, los
colegios….hemos tenido tanto. Pero ¿por qué siempre tenemos la sensación de que
“nos falta algo”.
En cierta ocasión un enfermo llamó a las puertas de un
hospital. Era una persona tremendamente rica. No sabía, ni él mismo, lo que
tenía como fortuna en los bancos.
El medico que le atendió, después de analizar su estado
físico, le dijo: “tendrá que cuidarse para llevar una vida tranquila”. El
enfermo rico le contestó: “¿quiere decir que tengo algo grave?” Así es –añadió
el médico- pero esté vd tranquilo. Por lo menos tiene abundancia de dinero.
El enfermo se levantó y
acercándose al sanitario le contestó: “mire; todo el dinero que tengo no
me sirve para añadir ni un solo año a mi vida. ¿O no es así? “ El médico
asintió con su cabeza. Pocos meses después aquel hombre que tenía todo perdía
lo más importante: su vida.
María:
Tú fuiste pobre pero feliz.
¿Por qué nosotros teniendo tanto
nos faltan sonrisas en los labios?
Ayúdanos, María, a saber que la riqueza no
está en el tener sino en el ser.
Ayúdanos, María, a poner nuestros ojos en
lo verdaderamente importante.
Enséñanos, María, a valorar lo que cae en
nuestras manos y no olvidar que, uno es más feliz, cuando se pone en servicio a
los demás.
Tú que siendo pobre fuiste rica
ayúdanos a no poner nuestro corazón ni
nuestro futuro en lo puramente material.
Amén.
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