ndición y colocación en el campanario de la iglesia de Santiago Apóstol gracias a unos trabajos realizados por el maestro fundidor de campanas cántabro Manuel Ballesteros Lastras (abuelo del famoso golfista Severiano Ballesteros) en su taller de Trasmiera, una comarca que fue cuna de prestigiosos fundidores de campanas, cuya fama trascendió los límites de España, llegando incluso a ser requeridos en parte de Europa y América. En el año 1913 Manuel Ballesteros llevó a cabo la obra de las campanas del templo cigaleño como reza su inscripción: «Me fundieron en Rubayo, Santander, Manuel Ballesteros Lastra e hijos siendo cura D. Indalecio Merinero y Alcalde D. Pompeyo Morante en el año de 1913». Cien años después el replique de las campanas ahora automatizado y las anécdotas de monaguillos, vecinos y párrocos de cuando subían a tocar las mismas manualmente forman parte de la historia de la villa. La importancia que alcanzaron los artesanos de Trasmiera fue tal que diversos estudiosos señalan que no existe en España una catedral, basílica o iglesia que no tenga o haya tenido en sus campanarios la huella de algún fundidor cántabro. La iglesia de Cigales es una obra de arte realizada bajo la traza del ilustre arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón.
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