La
ermita de Nuestra Señora Virgen de
Viloria se ubica muy cerca, anexa, al camposanto de nuestra villa. Son
muchas las localidades que coinciden en esta realidad. Ciertamente, María la
Virgen intercede en sufragio por los
difuntos, María intercede siempre para llevarnos a vivos y difuntos a Jesús el
Señor. Quien viene a la ermita de Cigales, no puede por menos que recordar a
sus difuntos, ellos están presentes entre nosotros, pues ellos mucho antes que
nosotros estuvieron también aquí, es más, muchos de nosotros estamos aquí
gracias a ellos, al menos yo puedo hablar desde mi experiencia personal lo que
mis antecesores me han transmitido, hoy algunos de ellos, muy importantes para
mí, descansan en paz pero no por ello, mi contacto, mi comunicación con ellos
se ha cortado. Sin duda alguna que echo de menos su presencia física y la pena
que me da cómo la vida evoluciona y que me pena me da que ellos no lo
contemplen, pero eso va a ser así siempre. Por eso, tiene sentido “orar por los
difuntos”, yo diría más, hablar con ellos. Y hacerlo no es estar locos, o
hablar a las paredes, tampoco se trata de monólogos, sino todo lo contrario,
pues haciéndolo caemos en la cuenta que ellos, aun muertos, siguen muy vivos.
Y, al menos a mí, la mejor herencia que me han podido dejar, ha sido la fe,
pues ella –con mis altibajos- es la razón de ser de mi vida y es, por tanto, la
que me mueve cada día y hace que me levante de la cama con la ilusión de ser
puente entre Dios y los hombres.
El cementerio es un lugar, por
tanto, santo, donde están depositados los restos de nuestros difuntos, y es por
ello que hemos de pedir a nuestras autoridades que sean lugares dignos.
Nosotros los podremos dignificar con nuestra atención y con nuestra oración por
aquellos hombres y mujeres que sembraron en nosotros vida, nos dieron la vida.
Orar por los vivos, es secundar el
mandato del Señor que nos dejó el modo; la oración del Padre Nuestro. Una
oración que desde el primer momento hace una clara alusión a un Padre común,
que necesariamente nos obliga –moralmente- a sentirnos hermanos los unos de los
otros, pues decimos “Padre nuestro”. Oramos pidiendo que venga sobre nosotros
Su Reino, no es necesario pasar por el trance de la muerte para vivir en esta
situación, un ideal parecido a lo que hoy desde tantas tribunas se pregona como
fraternidad”. Le decimos, también, que nos perdone nuestras ofensas. Se trata
de una buena disposición, por nuestra parte, de desear cambiar –al menos de
actitud-, pues no todo lo que reluce en nuestra vida es oro. Y lo pedimos para
nosotros, y lo pedimos para los demás.
Quizás el problema que muchas veces vemos
a los demás como rivales y no como hermanos, por eso tiene sentido rezar por
los vivos, estar en “unión de ánimos”, en comunión. Que no quiere decir, con
ideas parecidas, sino en adhesión a Cristo; pues Él no es una idea y, por
tanto, la religión no es ideología, sino que Cristo es Persona, y es por ello
que nosotros nos podemos relacionar con Él. Es más, estar en comunión con los
hermanos es un tanto por cierto muy grande estar en comunión con Dios, pues ya
sabemos, por activa y por pasiva, que es el mandato del Señor: “Amaos como yo
os he amado”. Pero en la vida, también, nos encontramos con muchas personas
buenas, sinceramente, muy buenas, que están muy unidas a los demás por
principios muy laudables, pero no están en unión con Dios, pues en algunos
casos, desgraciadamente, no le conocen y en otros casos, también
desgraciadamente, no le reconocen. Es por ello que no ven importante la cita a
la que el Señor nos convoca cada Domingo, que es la Eucaristía, es por ello que
somos el Pueblo de la Eucaristía, no acudir a esta cita semanal, nos recorta la
comunión con Dios, no por Él, claro está, sino por nosotros.
Pidámosle a María, que nos ayude a vivir
en comunión con Dios y los hermanos, y que como se decía de los primeros
cristianos se decía de los primeros cristianos seamos la admiración de los
demás “por cómo se querían, como rezaban en común, como ponían sus bienes en
común y como celebraban la Eucaristía juntos”. Así sea.
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