El libro de la Sabiduría de Salomón hoy nos habla de cómo es Dios creador.
¿Acaso nosotros somos capaces de crear
algo que no nos guste? Creamos lo que nos gusta y realmente nos sentimos
orgullosos de esas pequeñas creaciones que realizamos. En este sentido podemos
pensar que tal y como nos ha dicho este escrito, Dios es amigo de la vida, ama
la vida, nosotros somos vida, por tanto, Él nos ama. Pero tengamos en cuenta
que vida somos desde la concepción hasta el punto de la muerte natural. Dios no
aborrece nada de lo que ha creado, precisamente la sabiduría le lleva a
escuchar a todos y a cada uno, porque, aunque todos nosotros tengamos intereses
muy distintos, somos tenidos en serio, Dios nos toma en serio y escucha
nuestras peticiones.
Quizá aquí podrían sentirse aludidos y
escuchar nuestros gobernantes, a la llamada al diálogo y al consenso. Hace poco
escuchaba la toma de posesión del nuevo presidente de Perú, ahora que se está
celebrando la cumbre iberoamericana, y el presidente de Perú encomendaba al
Señor toda su labor como dirigente. Eso sí que es actuar con sabiduría: estar
más cercano a las raíces culturales que nos representan a todos, más que las
que adoptamos de fuera, porque producen consumo. Lo contrario es actuar, como
muchas veces se hace por aquí: se vocea, se levanta uno, se va, o se deja de
hablar para siempre. Quizá tengamos retenida dentro de nosotros mucha violencia
y necesitamos la sabiduría divina para poder bajarse de estos caballos y más
bien cabalgar sobre el lomo de una borriquilla como hizo nuestro Señor,
entrando en Jerusalén. Quizá Jesús hiciera el ridículo, como el mismo Zaqueo,
subiendo a un árbol. Pero lo importante no es lo que piense la gente, hermanos,
sino el deseo hondo de crear y estar orgullosos de nuestras creaciones. Ojalá
sintamos que somos compañeros de Dios en esto, que somos co-creadores. Y en
este sentido, también amaremos todas y cada una de las cosas y de los seres que
habitan en el planeta Tierra, nuestra casa común.
Porque si depende de la gente, de lo que
piense la gente, como le ocurre a Zaqueo, que es la muchedumbre la que le
impide ver a Jesús, pues muchas veces, sentiremos la incapacidad de poder
realizar lo que verdaderamente nos dicta nuestro corazón, que ojalá coincida
con la voluntad de Dios: que es como Zaqueo el deseo de verle y el deseo de
Dios de vernos y autoinvitarse en nuestras casas.
Nos cuesta mantener y fomentar nuestras
tradiciones, nos da muchas veces pudor rezar delante de los otros, incluso
dentro de la iglesia. Nos cuesta, nos cuesta, pues muchas veces actuamos
dependiendo de los demás, de la cultura dominante, de lo que se venda, de lo que
se lleve, etc. y pocas veces intentamos cambiar o continuar con nuestras
tradiciones. Quizá la misma palabra tradición nos suene a antiguo y por el
deseo de estar en constante cambio, pues estamos llenos de aparatos que
continuamente se están actualizando, vivamos también con el deseo de estar actualizándolo
todo, con el peligro que esto trae consigo, pues se puede querer incluso
actualizar una pareja, una relación, una nueva familia, el riesgo de un nuevo
trabajo, etc.
Quizá nos falta el deseo de querer ver a
Jesús. Quizá porque pensemos que esto es cosa de niños, ¿cómo nosotros -a
nuestra edad- vamos a querer ver a Jesús? O lo que es parecido: ¿Qué ocurrencias
tener presente a Dios? Ya es suficiente con cumplir el precepto dominical, ¿qué
más quieres? De aquí proceden quizá muchos de nuestros males, tener una fe hilvanada,
que no tiene segura sus tradiciones, no lucha por mantenerlas, no solo por el
hecho de mantenerlas, sino que no se preocupa o interesa por conocerlas. El
compromiso de la fe es lo más importante, es la satisfacción hecha realidad de
nuestros ideales. Lo contrario es continuar con una pantalla delante que me
permite ver lo que quiero ver, pero no la Verdad, que es tener una relación
íntima y personal con la persona de Jesús, el Señor.
El Señor se alegra con la creación,
alegrémonos nosotros con nuestro Creador, dejemos la superficialidad de las
cosas y adentrémonos en el misterio de Dios, que será el que nos haga capaces
de actualizar todas las cosas y actualizarnos. Así sea.
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