Este
año no os voy a poder acompañar en el día de la fiesta de nuestra patrona. Yo
también me voy de fiesta, la fiesta de los jóvenes del mundo con el Papa
Francisco que este año tendrá lugar en Cracovia. Desde allí me uniré a todos
vosotros, por medio de mi oración, recuerdo y afecto.
Deseo que estos días sean para
vosotros, jornadas de auténtica fiesta, en la que se pongan en práctica los
valores que Jesús nos enseña en el Evangelio y que la Iglesia elevó a la
categoría de “obras de misericordia”.
Todas estas obras de misericordia os
las resumiría en una: “acoger”. Estos son días para acoger a muchas personas
que vienen de fuera, para mostrar que la gente de Cigales es cordial, sabe
vivir con consciencia la fiesta, comparte lo que es y lo que tiene, es gente
amable, sencilla, no se cree más que nadie, un pueblo con gran sentido del
humor. Y, sobre todo, una villa que tiene puesto su orgullo en las torres de
Cigales, que se ven a distancia.
Queridos amigos, que vuestra bondad,
también, se vea de lejos. Que, en estos días de fiesta, también, recordéis el
motivo de la fiesta, una testigo del Señor, que dio su vida por su amor a Jesús
el Señor. Y, también, es un tiempo para dar gracias a Dios por los frutos
recibidos, este ha sido muchas veces el motivo de la fiesta; después de un año
largo y de sacrificio, viene el merecido descanso y de cierto desenfreno. Pero,
como padre y pastor, os animo a cuidaros: “¡atención amigo conductor!”.
Felices fiestas de Santa Marina para
todos, también para todos aquellos que estáis pendientes de que todo salga
bien, lo mejor posible. Que Dios os bendiga a todos.
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