31 de agosto de 2014

Novena de la Virgen de Viloria - "Tu gracia vale más que la vida"


En la tarde de este domingo nos congregamos como comunidad cristiana para celebrar al Señor, “su gracia vale más que la vida”. Y porque Él nos lo da todo gratuitamente, nosotros le correspondemos con este ratito semanal, en el que con el corazón en vilo nos disponemos a tener los sentidos muy abiertos para escuchar la voz de su súplica. Nos recogemos interiormente para que el Señor nos posea, alzamos nuestros brazos hacia nuestra madre María que nos entrega a su Hijo Jesús, su mayor tesoro, su mejor herencia.

Es domingo y los cristianos sentimos una llamada en nuestro interior para juntarnos, para celebrar a nuestro Señor muerto y resucitado. Nos reunimos como pueblo que peregrina en esta localidad de Cigales, una pequeña parte de la gran comunidad cristiana que peregrina por los cuatro puntos cardinales de nuestro planeta. Y que hoy peregrina más si cabe, porque se ha acercado caminando a esta hermosa ermita para venerar a la Madre, a la toda gracia, a aquella que en primera persona ha sentido que el Señor “vale más que la propia vida”; Jesús es su propia vida.

Es el Señor, por medio de su Iglesia, El que nos convoca cada domingo para celebrar el primer y octavo día de la Semana. Nosotros acudimos alegres, como hermanos agradecidos, al encuentro del Señor. Por ello no escatimemos el tiempo que podamos estar en su presencia. Vivamos con orgullo el domingo como testimonio de nuestra fe sincera, apasionada. Reunirnos como hermanos en torno a este altar nos honra, puesto que si nos sentimos hermanos es porque procedemos de un mismo Padre, creador nuestro. Reunirnos nos recuerda que somos parte de un todo, miembros de un cuerpo que es la Iglesia, en el que Cristo es la cabeza y “su gracia vale más que la vida”.

En esta tarde de domingo y en esta ermita, también, buscamos la paz del alma; serenarnos por dentro, entrar en comunión con el Señor de mi vida. Buscamos el susurro de Dios que se escucha en medio del silencio y de la oración, de la liturgia como expresión celebrativa de la fe. Especialmente en su Palabra, escuchada con atención, con ánimo sincero de sintonizar con lo que de ella se desprende. No es simple palabra hermanos. No es palabra muerta. Es Dios mismo quien nos habla, nos habla por medio de creyentes, hombres y mujeres, que como nosotros, recibieron la fe de sus padres, que sintieron la vocación por llevar el mensaje de salvación a todos los hombres para que estos se dieran cuenta que el Señor “vale más que la vida”, que como Santa Teresa, también, decía “solo Dios basta”.

La Palabra de Dios ilumina la vida de los creyentes y esta que hemos escuchado en esta tarde nos anima a aferrarnos a la cruz, porque de la cruz del Señor procede la vida, procede toda esperanza, en ella se encuentra clavado la salvación del mundo. 

¿Acaso no sabemos claramente lo que nos quita la vida? Ciertamente, no comer, no beber, la violencia, la enfermedad, etc.,… nos quita la vida pero la Vida, con mayúsculas, aún a falta de vida biológica, nos la da el Señor desde la cruz. No solo por su ejemplo, no solo por su testimonio, sino porque es Dios y su gracia “vale más que la vida”.

Queridos hermanos, acabamos de escuchar la recomendación del Señor: “El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará”. Más claro imposible. Dejémonos de superficialidad, incluso se puede ser superficial religiosamente hablando, e injertémonos en esa cruz en la que está la vida. Allí, al pie está María, madre de Dios, también está Juan, el discípulo amado. Vayamos nosotros también, llevemos a otros con nuestro ejemplo, con nuestro amor, con nuestro servicio, con nuestra vida. Que así sea.

30 de agosto de 2014

Hoja Parroquial - Domingo XXII T.O. Ciclo A


De los escritos de Madre María Evangelista

Alma devota, teme y ama a tu Dios. Guarda con toda diligencia tu corazón y procura siempre tenerlo limpio y puro para Dios. Siempre se ha de estar con cuidado de no ofenderle y, si pecares, no desconfíes de su misericordia. Por muchos y muy graves que sean tus pecados, nunca desesperes del perdón. Caíste: levántate, vuélvete al médico de tu alma que hallarás abiertas las entrañas de su piedad y misericordia.

    Caíste otra vez: otra vez te levanta. Gime y llora, y la misericordia de tu Redentor te recibirá. ¿Caíste la tercera vez y la cuarta y muchas veces?: otra vez te levanta. Llora, suspira y humíllate, y tu Dios no te desampara. Nunca despreció ni despreciará jamás al corazón contrito. Nunca desechó ni desechará jamás a los que acuden a Él con verdadera penitencia. Si tú no dejas de levantarte, Él no dejará de recibirte. Por lo cual, aunque en espacio de una hora caigas cien veces, aunque caigas millares de veces, tantas cuantas cayeres te levanta con la santa esperanza del perdón. Y cuando te vieres en pie, alaba al Señor y dale gracias, porque no permitió o que fuese más peligrosa tu caída o que durases más tiempo en ella. Conoce humildemente tu culpa y abomina firmemente de vivir mejor enmendando la vida, y con esto asegúrate de que Dios te perdonará.

28 de agosto de 2014

San Agustín de Hipona

Nació el 13 de noviembre del año 354, en el norte de África. Por su extraordinaria inteligencia sus padres lo enviaron a estudiar a Cartago. Allí estudió retórica y filosofía y vivió una adolescencia inquieta por cuestiones doctrinales y de libres costumbres. A los 17 años se unió a una mujer y con ella tuvo un hijo, al que llamaron Adeodato. En su búsqueda de la verdad se unió a la secta Maniquea.
En Milán, obtuvo la Cátedra de Retórica y fue muy bien recibido por san Ambrosio, el Obispo de la ciudad. Agustín, al comenzar a escuchar sus sermones, cambió la opinión que tenía acerca de la Iglesia, de la fe, y de la imagen de Dios.
Santa Mónica, su madre, trataba de convertirlo a través de su constante oración y sacrificios. Lo siguió hasta Milán porque quería que se casara con la madre de Adeodato, pero ella decidió regresar a África y dejar al niño con su padre.
Agustín estaba convencido de que la verdad estaba en la Iglesia, pero se resistía a convertirse. Al final se convirtió en el año 387, a los 33 años. Se dedicó al estudio y a la oración. Hizo penitencia y se preparó para su Bautismo. Lo recibió junto con su amigo Alipio y con su hijo Adeodato, que tenía 15 años. Adeodato murió poco tiempo después.
Agustín se hizo monje, buscando alcanzar el ideal de la perfección cristiana y regresó a África, En el año 391, fue ordenado sacerdote y comenzó a predicar. Cinco años más tarde, se le consagró Obispo de Hipona. Organizó la casa en la que vivía con una serie de reglas convirtiéndola en un monasterio en el que sólo se admitía en la Orden a los que aceptaban vivir bajo la Regla escrita por san Agustín. Esta Regla estaba basada en la sencillez de vida. Fundó también una rama femenina.
Fue muy caritativo, ayudó mucho a los pobres. Durante los 34 años que fue Obispo defendió con celo y eficacia la fe católica contra las herejías. Escribió más de 60 obras muy importantes para la Iglesia como “Confesiones” y “La Ciudad de Dios”.
Murió enfermo en el año 430.

27 de agosto de 2014

Excursión a las Edades del Hombre - Aranda de Duero - EUCARISTÍA



Santa Mónica


"Cuando mi esposo está de mal genio, yo me esfuerzo por estar de buen genio. Cuando el grita, yo me callo. Y como para pelear se necesitan dos, y yo no acepto la pelea, pues… no peleamos". (Santa Mónica) 


Hoy, 27 de Agosto, celebramos la fiesta de SANTA MÓNICA, madre de San Agustín, modelo de esposa, madre, mujer y cristiana,

Mónica significa: "dedicada a la oración y a la vida espiritual".

Patrona de las mujeres casadas y modelo de las madres cristianas.

Mónica, la madre de San Agustín, nació en Tagaste (África del Norte) a unos 100 km de la ciudad de Cartago en el año 332.

20 de agosto de 2014

CIERRE DEL PROCESO DIOCESANO DE BEATIFICACIÓN Y CANONIZACIÓN DE MADRE MARÍA EVANGELISTA

Hoy día de San Bernardo de Claraval, recordamos al Císter y en particular el Monasterio Cisterciense de la Santa Cruz, ubicado en Casarrubios del Monte, provincia de Toledo.

Nuestra paisana, Madre María Evangelista Malfaz funda en esa localidad un monasterio de la orden del císter. Era el año 1.633.

Esta monja está en proceso de beatificación y canonización. En el año 2.012 se abrió dicho proceso y ahora el próximo 19 de septiembre se cerrará el proc


eso en la archidiócesis de Toledo. Para ello la actual Madre abadesa, y toda la comunidad, invitan a los fieles de Cigales a dar gracias a Dios por ella.

EL 19 DE SEPTIEMBRE A LAS 18,30H: DON BRAULIO RODRÍGUEZ PLAZA, ARZOBISPO DE TOLEDO Y PRIMADO DE ESPAÑA, PRESIDIRÁ LA CLAUSURA. A CONTINUACIÓN SE CELEBRARÁ LA EUCARISTÍA EN ACCIÓN DE GRACIAS.

LA PARROQUIA DE CIGALES TAMBIÉN DESEA UNIRSE DICHO DÍA. Recordando la anterior visita de 1983.

Catequesis de Benedicto XVI

SAN BERNARDO DE CLARAVAL
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy quiero hablar sobre san Bernardo de Claraval, llamado el "último de los Padres" de la Iglesia, porque en el siglo XII, una vez más, renovó e hizo presente la gran teología de los Padres. No conocemos con detalles los años de su juventud, aunque sabemos que nació en el año 1090 en Fontaines, en Francia, en una familia numerosa y discretamente acomodada. De joven, se entregó al estudio de las llamadas artes liberales —especialmente de la gramática, la retórica y la dialéctica— en la escuela de los canónigos de la iglesia de Saint-Vorles, en Châtillon-sur-Seine, y maduró lentamente la decisión de entrar en la vida religiosa. Alrededor de los veinte años entró en el Císter, una fundación monástica nueva, más ágil respecto de los antiguos y venerables monasterios de entonces y, al mismo tiempo, más rigurosa en la práctica de los consejos evangélicos. Algunos años más tarde, en 1115, san Bernardo fue enviado por san Esteban Harding, tercer abad del Císter, a fundar el monasterio de Claraval (Clairvaux). Allí el joven abad, que tenía sólo 25 años, pudo afinar su propia concepción de la vida monástica, esforzándose por traducirla en la práctica. Mirando la disciplina de otros monasterios, san Bernardo reclamó con decisión la necesidad de una vida sobria y moderada, tanto en la mesa como en la indumentaria y en los edificios monásticos, recomendando la sustentación y la solicitud por los pobres. Entretanto la comunidad de Claraval crecía en número y multiplicaba sus fundaciones.

19 de agosto de 2014

CÁRITAS CON LAS VÍCTIMAS DEL CONFLICTO EN GAZA

Cáritas ha lanzado un llamamiento de emergencia para ayudar a la población de Gaza, que está sufriendo las consecuencias del conflicto armado.

Cáritas Diocesana de Valladolid responde recogiendo donativos en su sede de calle Santuario 24 bis de lunes a viernes de 8.30 a 14.30 horas y a través de sus cuentas bancarias que pueden consultarse pinchando aquí.

El P. Raed Abusahlia, director de Cáritas Jerusalén, ha afirmado: “La mayoría de las víctimas son niños, mujeres y ancianos. Creemos firmemente que la Iglesia de Jesucristo no puede permanecer en silencio; no podemos quedarnos al margen, sin hacer nada.

“Hemos decidido intervenir rápidamente, porque las necesidades de la población de Gaza en el conflicto son cada día más apremiantes; vemos daños y destrucción generalizada por toda la Franja. Es necesaria nuestra intervención urgente en esta crisis humanitaria”.

“También estamos profundamente preocupados por lo que queda de la pequeña comunidad cristiana en Gaza, que está sufriendo igual que el pueblo palestino”.

El programa de emergencia de Caritas facilitará suministros médicos y medicamentos a cuatro hospitales, además de carburante para los generadores. Dos mil familias recibirán paquetes con ayuda alimentaria y 500 familias recibirán mantas.

Una segunda parte del programa, que será lanzada en tres meses, facilitará dinero en efectivo a unas 2000 familias. Tres mil familias recibirán paquetes con artículos para la higiene. También se intentará ofrecer apoyo psicológico a los niños y chequeos médicos para comprobar la salud de la población desplazada de Gaza.

El coste total de programa es de 1.130.855 €.

17 de agosto de 2014

La historia de Paul Yun Ji-Chung, uno de los mártires de Corea beatificados por el Papa








SEÚL, 15 Ago. 14 / 10:11 pm (ACI/EWTN Noticias).- Paul Yun Ji-Chung, quien junto a sus 123 compañeros mártires fueron beatificados hoy por el Papa Francisco en Corea, fue condenado a muerte junto a su primo por rechazar los ritos ancestrales confucianos y por no delatar a otros católicos.

Paul nació en 1759 en una familia noble de Janggu-dong, Jinsan, Jeolla. Fue hermano mayor de Francis Yun Ji-heon, quien fue martirizado en Jeonju durante la persecución de Shinyu de 1801.

Siendo inteligente y confiable, se dedicó a estudiar desde pequeño y en este contexto conoció la fe católica por medio de un familiar.

Después de estudiar la doctrina católica por tres años, fue bautizado en 1787. Luego le enseñó elcatecismo a su madre, a su hermano Francis Yun y a su primo James Gwon. Del mismo modo, junto a Augustine Yu, un pariente político, intentó proclamar el Evangelio.

En 1790, ante el decreto del Obispo de Pekín, A. Gouvea, que prohibía la práctica de ritos ancestrales, Paul y su primo James quemaron la tableta ancestral. Tiempo después muere su madre, quien había pedido ser enterrada según el rito católico, en vez del rito confuciano.

La noticia de que Paul no había ofrecido el rito fúnebre tradicional y que había quemado la tableta ancestral corrió rápidamente y llegó hasta la corte real, que decide encarcelarlo junto a su primo James.

Los dos se ocultan y sólo se presentan a las autoridades al enterarse de que el magistrado Jinsan, encargado de detenerlos, apresaría al tío de Paul, en vez de ellos.

El magistrado trató de persuadirlos de renunciar a su fe, pero al ver que no podía cambiarles de opinión, los transfiere al gobernador. Allí trataron de sacarles los nombres de otros católicos, pero no obtuvieron ninguna información. Por el contrario, los dos defendieron su fe con determinación y Paul les indicó, artículo por artículo, la irracionalidad de los ritos ancestrales confucianos.

Esto enfureció al gobernador, quien envió que fueran castigados. A estas alturas, Paul y James estaban listos para morir. Su única respuesta fue: "servimos a Dios como nuestro "Gran Padre", por lo tanto, nosotros no podemos venerarlo desobedeciendo Sus Mandamientos".

El gobernador de Jeonju les hizo escribir sus declaraciones finales y los sometió a la corte real, donde los ministros exigieron al rey que fueran decapitados. El rey aceptó la propuesta y un 8 de diciembre de 1791 (13 de noviembre según el calendario lunar) mueren mientras oraban a Jesús y María.

Paul Yun tenía 32 años y es considerado el primer mártir decapitado en la historia católica de Corea.

11 de agosto de 2014

"Ama del todo" (3ªcta. Sta. Clara). Beatriz Elamado. Sólo la Voz. wmv

TRES DÍAS PARA RECORDAR A FRAY ANTONIO ALCALDE, OP.



Al cumplirse un año de haberse formado, el Grupo de ‘Amigos de Fray Antonio Alcalde’, que coordina la Mtra. Marta Vallejo y encabeza el señor Cura J. Guadalupe Dueñas Gómez, párroco de El Santuario de Guadalupe de Guadalajara (Av. Fray Antonio Alcalde 527, en la zona Centro), y actor de la causa de canonización del siervo de Dios, ha organizado tres días de actividades para recordar el aniversario 222 del deceso del religioso dominico, también llamado ‘Fraile de la Calavera’, cuyos restos descansan en el presbiterio del aludido templo.
Las actividades comienzan el martes 5 de agosto del año en curso, a las 8 de la noche, con la charla que impartirá el Sr. Presbítero José Rosario Ramírez Mercado, intitulada ‘Lo que Guadalajara debe a fray Antonio Alcalde’, la cual tendrá lugar en el patio de la Casa San Juan Diego, ubicada en el número 530 de la calle de Pedro Loza, anexa al Santuario.
Al día siguiente, miércoles 6 de agosto, a las 8.30 de la noche, el Mtro. Héctor Manuel Salcedo Becerra, organista titular de la Catedral de Guadalajara ofrecerá u concierto para órgano, cuya parte estelar será una composición coral de él mismo, inspirada en uno de los poemas dedicados al mayor benefactor que ha tenido la ciudad de Guadalajara, e interpretada por los ‘seises de la catedral’.
Finalmente, el día de su aniversario luctuoso, se recordará al ilustre pastor con una misa que a las 8 de la noche presidirá en el Santuario el señor obispo auxiliar de Guadalajara don José Trinidad González Rodríguez, al término de la cual se hará la presentación pública del nuevo retrato de fray Antonio, que será colocado este día encima de su loza sepulcral, obra de Yoel Díaz Gálvez, el cual usó una réplica de la mascarilla mortuoria del prócer.
Todos los deseosos de la canonización de este siervo de Dios pueden apoyarla integrándose al grupo ‘Amigos de Fray Antonio Alcalde’, o asistiendo, los días 7 de cada mes, a las diversas actividades llevadas a cabo para recordar al mayor benefactor que ha tenido Guadalajara. Mayores informes en la dirección electrónica amigosdefrayantonioalcalde@gmail.com.


7 de agosto de 2014

Fray Antonio Alcalde "El Fraile de la Calavera"

FRAY ANTONIO ALCALDE

UN E-MAIL QUE DIRIJIÓ ESTE SACERDOTE DE MÉXICO AL P. JUAN CARLOS EL 12 DE MARZO DE 2014. TRAS EL INTERÉS DEL P. JUAN CARLOS POR ESTAR EN CONTACTO CON LA POSTULACIÓN DE LA CAUSA DE FRAY ANTONIO ALCALDE, OP.


Sr. Pbro. D. Juan Carlos Plaza Pérez
Párroco de Cigales
PRESENTE    

Muy estimado don Juan Carlos:

Por un conducto más providencial que insólito, me vengo a enterar de su correo electrónico y su interés por vincularse con el suscrito, y nada me parece mejor, pues salvando las distancias, nos une la persona entrañable de fray Antonio Alcalde.

Ante todo le cuento que hace unos meses, cuatro a lo más, acertó a visitar la ciudad de Guadalajara Don Ricardo Blázquez Pérez, y en mi calidad de cronista de la arquidiócesis, se me pidió le acompañara a un recorrido relámpago por al catedral de Guadalajara, hermana de la de Valladolid, pues fueron construidas de forma casi contemporánea. Don Ricardo se llevó consigo una obra en tres volúmenes acerca de ese tema, cuyo primer capítulo es de mi autoría. Fue muy breve el tiempo del que dispuso, pero no perdí la ocasión para mencionarle en grande interés que hay en Guadalajara acerca del siervo de Dios, cuya causa de canonización ha venido durmiendo el sueño de los justos por circunstancias del todo ajenas al anhelo de los tapatíos, pero cuyo actor actual -el párroco de El Santuario de Guadalupe, donde se veneran sus restos-, Don J. Guadalupe Dueñas Gómez, tiene un interés especial en acometer la tarea, y me ha invitado como postulador de la misma. Como tengo alguna experiencia en tales menesteres, le he recomendado a D. Guadalupe que nos vayamos paso a paso, involucrando a un grupo de personas cada día más nutrido a alentar este proyecto. Hace unos días dí una charla mal pergeñada acerca de Cigales y el contexto histórico del siervo de Dios, los años de la guerra de sucesión, y en dos más días lo haré en el Seminario Menor, que tiene la friolera de 500 muchachos, y cuya sección preparatoria le está dedicada. Espero en Dios entusiasmarlos. Por lo pronto le envío este correo para expresarle el grande interés de que nos vinculemos y mantengamos un contacto permanente. Yo llevo cuatro años haciendo el camino de Santiago en bicicleta, de modo que le amenazo visitarle alguna vez.
Finalmente, quisiera rogarle de la manera más atenta, si ello fuera posible, que se le hiciera una entrevista a Don Mariano San José Díez. Mons. Blázquez me ha dicho que vive en Valladolid, en una casa de descanso para sacerdotes. Una pequeña entrevista para subirla a la red de alguien que tanto se interesó por el siervo de Dios nos sería de utilidad suma para seguir acrecentando su memoria. Me pregunto si Mons. José Delicado Baeza tuviera tambíen algo que contar, como experiencia propia, acerca de fray Antonio, porque igualmente sería de grande importancia. En ese mismo tenor, lo que saben y conservan como tradición oral los miembros de la familia Alcalde que aun viven en Cigales. Yo conocí a un sobrino que estuvo por aquí creo que en el año 2001, cuando el tricentenario de su nacimiento. En fin, que tenemos muchas cosas que compartir. Usted me dirá, para el sitio web de su parroquia qué le puede ser útil.

Le envío una foto que nos tomaron a Don Ricardo y a mí a las puertas de la capellanía a mi cargo, Santa Teresa de Ávila, en la visita a la que hice referencia. Quedé de mantenerlo informado de la causa, cosa que no he hecho. También, un retrato contemporáneo del artista cubano Yoel Díaz Gálvez, avecindado en Guadalajara, que ganó en noviembre pasado el 2do. lugar de la bienal de pintura de Florencia, certamen internacional muy reñido. Yoel está preparando un gran retrato de cuerpo entero, y recupera, a mi gusto, el perfil señero de fray Antonio a una edad distinta a la del varón de edad provecta al que estamos acostumbrados. Finalmente, el discurso que eché el pasado 7 de agosto, en el marco del homenaje luctuoso que el Gobierno Civil organiza de año en año, muy concurrido, al que acuden representantes de todos los poderes. Espero su respuesta.

Fraternalmente

P. Tomás de Híjar Ornelas



Fray Antonio Alcalde, benefactor de Guadalajara: las causas y los efectos de su legado

P. Tomás de Híjar Ornelas
Cronista de la Arquidiócesis de Guadalajara

Nos congrega esta mañana el bien merecido reconocimiento que la sociedad, la Iglesia y los universitarios tributan al máximo benefactor que ha tenido la ciudad de Guadalajara en su larga historia de casi medio milenio: el Genio de la Caridad fray Antonio Alcalde y Barriga.
Quiero aprovechar este marco para que al término del mismo los aquí presentes nos llevemos como compromiso algo del espíritu de este hombre. Sin embargo, ¿Puede, a más de dos siglos de haber salido de este mundo, enseñarnos algo útil para mejorar nuestras vidas? Hoy, que padecemos la invasión de gente voraz y criminal, que sólo vive para aprovecharse de los demás ¿el ejemplo de un varón que arribó a estas tierras a una edad en la que otros sólo piensan en cuidar su salud o evitar dificultades podría mostrarles cuán errados andan? Por otro lado, los beneficiarios y el personal administrativo de las dos instituciones que arropó e hizo nacer fray Antonio Alcalde, la Universidad y el hospital que hoy lleva su nombre, ¿conocen y se inspiran en su testimonio de vida? Y bien ¿Cuáles fueron las herramientas de las que se sirvió este hombre para hacer tantos beneficios? ¿En qué consistió su secreto? ¿Nos lo puede compartir?
Estas preguntas imponen otras: ¿Quién fue fray Antonio Alcalde y porqué se reunieron en él factores tantos como para hacer posible un proyecto gracias al cual una ciudad y una comarca adelantaran en dos décadas años lo que no habían hecho en dos siglos?
Fray Antonio Alcalde y Barriga, XXII obispo efectivo de Guadalajara fue un fraile dominico, que ya sexagenario y estando al frente de uno de los cuatro conventos de su Orden en las inmediaciones de Madrid, al que una circunstancia providencial y de todos nosotros conocida, lo sacó del anonimato para hacerlo obispo de Yucatán, en el Nuevo Mundo y diez años después, mitrado de Guadalajara, sin embargo, nada de eso bastaría para recordarle de no haber privado en él un hondo sentido de la realidad y un deseo de ir más allá de las responsabilidades que como funcionario eclesiástico le correspondían: quiso ser un pastor encarnado en sus ovejas a las que amó al extremo de no vivir sino para los demás. Si quisiéramos definirlo en dos palabras, podríamos aplicarle con toda justicia el título de una novela unamuniana: “Nada menos que todo un hombre”. Orillados a sintetizar su obra, digamos, pues, que fue un varón que de los 70 a los 90 años, entre 1771 y 1792, el tiempo de su gestión episcopal al frente del inmenso obispado de Guadalajara:
·         Realizó la hazaña de visitar todas las parroquias de su inmenso obispado, que se extendía hasta Texas y Nuevo México, para conocer la realidad de sus habitantes.
·         Como consecuencia de esas visitas, pidió y obtuvo que la superficie de 1’250,000 kilómetros cuadrados de su territorio episcopal se dividiera en tres partes, para lo cual se crearon los obispados de Linares (1777) y Sonora (1779).
·         Saneó los ingresos de los diezmatorios y administró escrupulosamente hasta el último peso de su remuneración personal o ‘cuarta episcopal’, que ascendía a 125 pesos anuales. Con el ahorro que pudo hacer de sus ingresos, sin pedirle un solo centavo a nadie, ni al rey, ni a su diócesis ni a los particulares, realizó las siguientes obras:
·         destrabó el hacinamiento urbano de la ciudad propiciando su desarrollo armónico al viento norte, creando para ello un barrio y la primera infraestructura de viviendas populares que hubo en el continente americano.
·         Alentó el establecimiento de la primera zona industrial de Guadalajara, el barrio de El Retiro, donde a instancias suyas se establecieron obrajes y tenerías a gran escala, que dieron trabajo a decenas de obreros.
·         Quebrantó el monopolio de la única parroquia de Guadalajara, El Sagrario, creando otras dos: al sur, la de Mexicaltzingo; al norte, la del Santuario, destinando los fondos necesarios para iniciar la obras materiales de la primera y construyendo totalmente la segundo, así como donar los recursos con los que se edificaría el templo del Sagrario algunos años después de su muerte.
·         Atendió con solicitud la instrucción elemental de los infantes, de las niñas, de los adolescentes y de los jóvenes, creando para ello escuelas de primeras letras y el mejor internado para muchachas de su época, optimizando las cátedras del Seminario Conciliar, en ese momento el único plantel que impartía instrucción media superior, y gestionando lo necesario para que se creara la Universidad de Guadalajara.
·         Edificó y dejó fondos para sostener el nosocomio más grande de América en su tiempo, con capacidad para recibir hasta mil enfermos en una ciudad cuya población ascendía a poco más de veinte mil.

Con tales antecedentes, no nos extraña que sus obras perpetúen su recuerdo en la memoria de muchos tapatíos. Sin embargo, estos datos, muchas veces enunciados no se han analizado a profundidad: falta conocer al detalle sus pasos, expurgar y analizar lo que resguardan nuestros archivos.
No pudiendo hacer nada más en esta tribuna, me limito a espigar de su vida cinco aspectos característicos del fraile de la Calavera, gracias a los cuáles pudo alcanzar todas sus metas: realismo profundo, humanitarismo certero, visión a futuro, sentido de trascendencia y humildad abnegada.

1.      Realismo profundo
No emprendió fray Antonio Alcalde ningún proyecto que no pudiera asumir personalmente. Sus ingresos como obispo eran elevadísimos para la época que le tocó vivir, 125 mil pesos anuales, los cuáles cobró y administró de forma detallada. Gracias a la virtud del ahorro y a eliminar totalmente toda forma suntuaria en su vida y ajuar, suprimió totalmente la parafernalia principesca y los banquetes y comelitones. Vivió sobria y pobremente, usando como ropa de uso su áspero hábito de fraile mendicante, alimentándose con verduras lo más de los días del año, y deshaciéndose cuanto antes de todos los donativos que por diversos conceptos le fueron entregados sin tocar su capital, al grado de ganarse la fama de avaro entre sus colaboradores más cercanos que nunca sospecharon sus planes.
Luego de conocer su obispado, llegó a la conclusión que saneando la capital podría esta convertirse en el centro de irradiación cultural, económico, político y administrativo más importante después de la ciudad de México. ¿Exageramos si decimos que fray Antonio previó la relevancia que a la vuelta de un siglo tendría Guadalajara? No. Él la propició.

2.      Humanitarismo certero
Tal y como conducía su vida, encausó sus planes, atendiendo de forma gradual e integral un proyecto que no dejó un cabo suelto para tocar fondo.
Lo primero que se propuso, con los medios a su alcance, fue extender la ciudad de sur a norte, elevando al rango de parroquia, en 1783, los templos de San Juan Bautista de Mexicaltzingo y del Santuario de Guadalupe, y destinando fondos para edificar una sede parroquial decorosa para la primitiva parroquia, la del Sagrario.
Aparejado a este plan, fue la construcción de 150 alcaicierías en 16 manzanas con 160 viviendas aptas para que en ellas vivieran otras tantas familias, unas mil personas, en una ciudad con 15 mil habitantes, destinando el fruto del arriendo de cada vivienda al sostenimiento de los enfermos del hospital, que confió a los religiosos hospitalarios de la orden de los betlemitas.
Ante la hambruna que afectó a la comarca entre 1785 y 86, a consecuencia de una terrible sequía y la subsecuente epidemia que diezmó a la población depauperada, creó y sostuvo comedores populares en puntos estratégicos de la ciudad y planeó y ejecutó la construcción del Hospital Real de San Miguel de Belén.

3.      Visión a futuro
El obispo le apostó a la educación superior como el medio mejor para optimizar el desarrollo de la capital de la Nueva Galicia o intendencia de Guadalajara, por esa razón, considerando el maltrecho panorama que dejó la expulsión de los religiosos de la Compañía de Jesús, responsables de la educación media superior de los jóvenes, optimizó las cátedras de humanidades del Seminario Conciliar y gestionó ante el rey la creación de la Universidad de Guadalajara, dotándola de rentas para el sostenimiento del claustro académico, sirviéndose de las instalaciones del antiguo colegio de los jesuitas.

4.      Sentido de trascendencia
La obra de Alcalde resuma lo que llevaba dentro: un espíritu fino y crítico, de acendrada hondura, conocimiento de las personas y capacidad intelectual, sin mengua del sentido práctico y acertada administración, que como hijo de campesinos nunca perdió. Sin descuidar un momento lo propio de su función episcopal, supo granjearse las voluntades de los actores principales de su tiempo: el rey, la corte, la real audiencia, el ayuntamiento, los comerciantes y los latifundistas, para estimularlos a la consecución de las más elevadas metas sin buscar ventaja alguna, repudiando los fastos humanos y los reconocimientos públicos.
            A todo ello contribuyó su opción por la pobreza, al grado que podemos considerarlo que en todo momento vivió como uno más entre los pobres de su tiempo, por opción y por coherencia con sus votos religiosos y su compromiso evangélico. Aparejado a ello, evitó el nepotismo y las fricciones con sus colaboradores, sin descuidar su sentido de autoridad y aplicar los correctivos de forma oportuna y enérgica según los principios de la caridad fraterna.
            Nunca dejó de estudiar. Lo más valioso de sus pertenencias fueron sus libros, y a ellos y a la oración contemplativa dedicaba las horas de la noche.

5.      Abnegada humildad
Siendo pobre, nunca consideró engorroso atender personalmente a los pobres que acudían a las puertas de la Casa de Gobierno y vivienda del prelado, su palacio episcopal, dándoles a cada uno un real y medio de limosna, que era entonces el equivalente a un salario mínimo para aliviar un poco sus carencias y escuchando sus cuitas. Siguió puntualmente hasta el final de sus días, la estricta observancia de la regla de los frailes dominicos: ayunos, templanza en la dieta, mortificación y disciplina ascéticas. Fue un varón piadoso y tuvo una especial devoción a Nuestra Señora de Guadalupe, a la que edificó un santuario y pidió recibir en él sepultura, siendo hasta el día de hoy el único obispo de Guadalajara en no haber sido sepultado en su catedral, sino en el templo de un barrio modesto. Como un regalo especial del cielo, dejó este mundo en la víspera del día de santo Domingo, de modo que sus funerales comenzaron justamente en la memoria litúrgica del fundador de su familia religiosa.
Con todo lo dicho, ya saben ahora cual fue el secreto de Alcalde: ser un rico que pudiendo llevar una vida de sultán, imitando a Jesucristo se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza: rico en conocimientos teóricos y sentido práctico de la vida, rico en talentos y con dotes de administración fuera de serie, rico en bienes materiales de los que sólo tomó para sí lo indispensable.
Pero hay más: supo esquivar la tentación de creerse indispensable y fomentó a más no poder el liderazgo y la educación de alto nivel; evitó el paternalismo sin dejar de ser un auténtico padre: dio el pez y enseñó a pescar.
¡Cuántos fray Antonio Alcalde necesitamos entre la clase dirigente: gobernantes que sirvan con eficiencia sin hacer carrera política, legisladores que no se empantanen en temas áridos y dicten leyes oportunas a favor de la comunidad, líderes sociales, civiles y religiosos, representantes gremiales que no usen lo que sólo recibieron para administrarlo con sabiduría, que excluyan el culto a la personalidad y tengan los pies puestos en la tierra, esto es, que no teman bajarse a la banqueta y llenarse de polvo las suelas de su calzado.

Gracias.