29 de noviembre de 2014

¡FELIZ AÑO NUEVO LITÚRGICO!


Hemos comenzado un tiempo nuevo, el Adviento, y con él un año litúrgico nuevo, por tanto, ¡feliz año nuevo litúrgico!

Nos preparamos desde ya para la celebración de la llegada de Cristo, la Navidad. Esta fiesta es tan importante para nosotros que antes de celebrarla nos preparamos a conciencia durante este período conocido como Adviento. 

Adviento, significa “llegada” y claramente indica el espíritu de vigilia y preparación que los cristianos debemos vivir. Acaso, ¿no preparamos la casa para recibir a un huésped muy especial y celebrar su presencia entre nosotros? Pues de igual modo, los cristianos prepararemos nuestro corazón para recibir a Cristo y celebrar con Él su aposento entre nosotros (cf. Jn 1, 14). 

La Iglesia durante las cuatro semanas previas a la Navidad, y especialmente los domingos, dedicará la liturgia de la Misa a la contemplación de la primera “llegada” de Cristo a la tierra, de su próxima “llegada” triunfal y de la disposición que conviene tengamos para recibirlo. 

La familia como Iglesia doméstica procura reunirse para hacer más profunda esta preparación. Algunas familias se unen para orar en torno a la corona de Adviento. En otros lugares se elabora un calendario en el cuál se marcan los días que pasan hasta llegar al día de Navidad; por cada día un propósito, una máxima. En algunos países, familiares y amigos se reúnen para celebrar las Posadas rezando el rosario, recordando el peregrinar de María y José para llegar a Belén. En todas estas reuniones el sentido de conversión se enriquece por la esperanza, y el espíritu de fraternidad y generosidad que surge de la alegría de que Dios pronto estará con nosotros.

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