Mañana comenzamos un nuevo tiempo fuerte. La iglesia nos propone la Cuaresma como un tiempo de conversión, de penitencia, de reconciliación con Dios y con los hermanos. Mañana, con la imposición de la ceniza en nuestras cabezas, se nos recordará que somos polvo, y a él hemos de volver. También se nos invitará a convertirnos y creer el Evangelio.
El Papa convocará el próximo 11 de octubre a toda la iglesia a celebrar un año de la FE.
Estamos llamados a creer firmemente en el Señor, en su palabra, en sus acciones por nosotros. Preparemos nuestro corazón para comenzar la Cuaresma con fuerza y ánimo siempre renovado.Para ello, sirvámonos de los instrumentos que se nos recomiendan: la oración, el ayuno, la limosna, y todo aquello que cada uno de nosotros veamos necesario. Que la Virgen María, nuestra Señora de Viloria, interceda por nosotros.
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