12 de febrero de 2016

MIÉRCOLES DE CENIZA

El pasado 10 de febrero celebramos en nuestra parroquia el inicio de la Cuaresma, lo hicimos con el signo propio de este día: "la ceniza". Hay una larga tradición, tal como se explica brevemente en la imagen de la derecha.

Toda la comunidad estaba invitada a esta cita, y allí nos reunimos un buen grupo de nuestra parroquia: niños, jóvenes y mayores. Todos para comenzar el recorrido hacia la cumbre Pascual. La primera jornada: "el miércoles de ceniza".

La Cuaresma es el tiempo litúrgico que precede a la Pascua y nos prepara para vivir intensamente la fiesta fundamental del cristiano. Pascua quiere decir "paso", el paso de Dios, también por nosotros, por nuestro contexto, solo lo reconoceremos con un corazón bien preprado, sensible, apegado al corazón de Jesús, con el que nos querremos ir identificando a lo largo de los cuarenta días que dura la Cuaresma. 

El ejercicio del Viacrucis nos ayudará a sintonizar con la humanidad de Cristo, que se hizo hombre, uno como nosotros, pero que venció toda tentación y por ello nunca pecó. A este hombre nos queremos parece, con Él nos queremos identificar, por nuestra salvación.

Pero aún recuerdo como una chica en un colegio me preguntó: "pero, Jesús, ¿de qué nos salva?". Efectivamente, un corazón duro, que parece que lo tiene todo, lleno de ruido y vanagloria, etc. difícilmente puede sentir la salvación de Dios, solo lo reconocerá "un corazón humilde y misericordioso". Jesús nos regala la salvación pero no todos la reconocemos como tal, es más -a veces- la podemos sentir intermitentemente, se nos olvida y no somos conscientes de la Presencia de Dios en nuestra vida que lo llena todo de felicidad y frescura.

Jesús nos salva por medio de su amor y nos contagia de su amor. Nuestras vidas serán más plenas en la medida en la que estemos apegados a Él y nos dejemos configurar con Él. Jesús quiere nuestra salvación, es lo mismo que decir "quiere nuestra felicidad". La felicidad verdadera, pues aunque tengamos muchas cosas podemos tener un vacío muy grande, es en el interior donde Jesús llena. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario