30 de abril de 2012

XVIII Encuentro Regional del Catequista -Salamanca

Bajo el título "La belleza de la fe y de su anuncio" nos hemos reunido una buena representación de catequistas de la Región del Duero o Iglesia en Castilla (superando los 400 catequistas, de la diócesis de Valladolid hemos participado 35, tanto del mundo rural como de la ciudad) durante todo el día en la ciudad de Salamanca. Los catequistas charros han sido pero que muy buenos anfitriones. Han dejado el listón muy alto para futuros encuentros. Por ello, les agradecemos todo lo que han hecho para que nuestro paso por la ciudad del Tormes no fuera en valde. Comenzamos pronto, y como va siendo habitual en nuestras reuniones: acogida y saludo de D. Carlos López (obispo de Salamanca), oración, presentación de las XVII jornadas anteriores, presentación del día por D. Ángel Rubio (obispo de Segovia, encargado de la catequesis de nuestra región) y ponencia de Monseñor Raúl Berzosa Martínez (obispo de Ciudad Rodrigo). D. Raúl nos habló -en profundidad- de este tema y lo hizo desde el testimonio personal. Por este motivo llegó a los catequistas pues supo presentar de forma vital lo fundamental de este tiempo y la clave para evangelizar hoy. Su ponencia tuvo mucho que ver con la Nueva Evangelización, así como la invitación del papa Benedicto XVI para el próximo año de la fe. Al final el prelado lanzó dos preguntas a los participantes para trabajar en grupo, la primera tenía que ver sobre la opinión sobre sus palabras y la segunda, para compartir en los veinticinco grupos, "¿qué es lo que más necesitamos potenciar en nuestra catequesis, en línea de la Nueva Evangelización para que sea bella y alegre?". A nuestra diócesis le tocó hacer el resumen del resultado de los grupos, pero en definitiva se resume en: relación personal con Dios, alegría para testimoniar la fe, atento a los signos de los tiempos, formación, la Palabra y la oración claves en nuestra quehacer catequético, así como la relación con las familias, etc.,... Se precisa más que nunca el acompañamiento personal de nuestros destinatarios. La tarde, tras la comida compartida, tuvo dos momentos: una velada en la que pudimos disfrutar de la cultura salmantina. Un grupo de jóvenes nos amenizaron la primera hora de la tarde con cantos, bailes al ritmo de las panderetas, el tambor y la flauta. Una gozada. El broche tuvo lugar en la catedral vieja de Salamanca. El obispo de Salamanca presidió la Eucaristía en la que nos habló de la figura del "Buen Pastor" y nos animó a los catequistas a que aprendiéramos de "Jesús Maestro". Al final, se nos presentó una catequesis ilustrada de las tablas del siglo XV del retablo de la Catedral, iglesia Madre de Salamanca.

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