27 de enero de 2012

San Enrique de Ossó


115 años después… “Empieza la siembra otra vez…”


<!--[if !vml]--><!--[endif]-->
"Es verdad que, secada ya tu mano por la muerte y rota tu pluma…   no seguirás dejando periódicamente estampadas en estas páginas, como lo hacías, las luminosas huellas de tu alma.  Pero… ¿cómo dudarlo? Desde el Cielo seguirás, sigues amando lo que aquí tanto amaste en el Señor, bendiciendo y favoreciendo tus obras de celo, así como también a tus amigos sacerdotes, continuadores de ellas; a tus edificantes y valerosas Hijas, las Hermanas de tu predilecta Compañía, esparcidas por España, Portugal, África y América; a las piadosas jóvenes de tu Archicofradía teresiana"  (RT Feb 1896)



Aquel 27 de enero no podían creer la noticia de tu muerte…  tenías demasiados proyectos entre manos…  demasiada vida derramándose por todos lados…  demasiados sueños contagiando aún más vida en quienes escuchaban el fuego de tus palabras… ¿cómo podía ser que te callaras repentinamente?  ¿quién podía explicarse tu silencio…?
115 años después… podemos imaginar el estupor de quienes te amaban y te esperaban de regreso para seguir en esa loca carrera que habías empezado cuando decidiste ser "siempre de Jesús, su misionero de paz y de amor
Pensaron que no seguirías escribiendo… pero no imaginaron cómo atesoraríamos tus escritos… cómo tus palabras escritas cobrarían vida cada vez que las leyéramos… cada vez que las escucháramos y las transmitiéramos…  No podían imaginarse que serías siempre actual…  novedoso…    Pensaron que no podrías acompañar más a tus "obras de celo"… y sin embargo,  "el tiempo y la Gracia" han demostrado tu presencia infalible, constante, tocable… materializada en rostros, en vidas, en sueños y en proyectos que siguen generándose con una fuerza incontenible.
Aquel 27 de enero… fue demasiado terrible para quienes existían y te habían visto respirar, sonreír, buscar, soñar…  pero era necesario para poderte escribir después de un siglo…  para poderte decir que es cierto lo que dice Jesús: "si el grano de trigo no muere, no da fruto…"   Y tu vida fecundó la tierra…  escondidamente…  en el silencio de la noche y en la soledad tan amada por tu corazón de Solitario. 
            En este 27 de enero de un nuevo milenio, de una era que no soñaste siquiera…  estás presente.  Tu voz sigue siendo escuchada… tus sueños, siguen siendo soñados…  tus proyectos… reflejados en risas, en cantos, en luchas, en intentos…  Tanta gente… tantos miles…  tantas vidas…  y generaciones que se prolongan en el tiempo.
            Aquel 27 de enero…  nos pariste…  y nació tu sueño.  ¿lo ves, verdad?  Sabemos que lo ves…  sabemos que nos ves… porque sentimos tu mano caminando a nuestro lado.  Tan familiar… tan cálida y cercana.  Y no es la mano "seca" de un muerto.  Es la mano firme de un alguien que aún tiene voz… y que prolonga sus sueños en los nuestros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario