15 de mayo de 2015

ORACIÓN DEL P. JAVIER LEOZ A SAN ISIDRO LABRADOR

Ejemplar y de buen corazón
nos invitas, lejos de perdernos en la tierra de cada día,
a mirar más allá del simple arado o dulce siembra.
Danos, San Isidro, ilusión por el trabajo del alma
Encontrar, en la oración,
el mejor arado para nuestra vida de piedad
Saber que, en la lluvia de la Gracia,
es donde está el futuro de nuestra existencia
Ayúdanos, con tus manos curtidas,
en afanarnos no solamente por el alimento de cada jornada
sino, también, en acariciar soñando
la hacienda que nos aguarda
más allá del áspero surco del día a día.
Tú que, cavaste pozos buscando el agua,
haz que también broten de los manantiales de nuestro vivir
el agua fresca de la caridad para los que necesitan
la tibia para los que sufren
y la de la fortaleza para los que dudan.
Tú, que en luces del alba, acudías hasta el sagrario
empújanos a postrarnos, y no permanecer de pie,
ante el que siendo Rey de Reyes,
no dudó en arrodillarse ante nuestra débil humanidad.
Tú que tuviste a los animales como confidentes y amigos
ayúdanos a que, nunca las mascotas,
sean más importantes que la vida que gime en un vientre humano.
Tú, que supiste de engaños y de traiciones,
de mentiras y de envidias, de celos y de habladurías
inspíranos un corazón dulce y afable
para soportar la contrariedad cuando, sabemos,
que tarde o temprano asomará y amanecerá la verdad.
Ayúdanos, San Isidro, a cuidar la espiga de la fe
para que, cuando Dios aparezca a por la cosecha,
la encuentre dorada y en su punto
y fortalecida por la Palabra, la justicia,
la alegría, la esperanza y el ansia de vida eterna.
Amén.

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