30 de agosto de 2016

NOVENA VILORIA - PRIMER DÍA

Hoy comenzamos esta novena en honor de la Virgen, como preparación a la celebración de su natalicio, el próximo 8 de septiembre. Mientras tanto tenemos una gran oportunidad para prepararnos, para estar en gracia de Dios, para ese día y siempre.


¿Sabemos lo que quiere decir estar en gracia de Dios? En ocasiones, cuando recibo a un futuro matrimonio para realizar los expedientes, les pregunto: ¿sabes que este sacramento debe ser recibido en estado de gracia? Y ellos responden: sí, sin embargo no lo saben. Estar en gracia de Dios es estar en comunión con Cristo, una gracia que se recibe especialmente, tras el arrepentimiento de los pecados, en el sacramento de la confesión.

Este año, esta novena tiene un matiz muy especial y es que se celebra dentro del Año Jubilar que el Santo Padre, el Papa Francisco, desea para la Iglesia universal, un Año rico en misericordia. Por esta razón, y como continuación de la otra novena que tuvimos en honor de la Virgen, ahora consideraremos las obras de misericordia espirituales. 

Como introducción a este Año, el Papa nos entregó una carta: Misericordiae Vultus (“El rostro de la Misericordia”). En la que en su número 1 nos dice que “Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre”. A Dios Padre muchas veces se le representa como un anciano venerable de pelo y barba blanca, estereotipo equivocado, pues Dios es tan joven que es contemporáneo nuestro, desde el minuto cero de la creación hasta hoy, parece como si no hubiera pasado el tiempo.

Una novena nos ha de ayudar a hacer examen de conciencia, con qué aspectos de nuestra vida no estamos en gracia de Dios. No vale decir: “si yo no salgo de casa, si yo no tengo pecados”. Así nos podemos solo engañar a nosotros mismos, difícilmente a los demás, y mucho menos a Dios. Para errar, o lo que es lo mismo, dar la espalda a Dios, no hace falta salir de casa. Nuestra mente maquina muchas veces situaciones que conllevan “pensamientos impuros” que no solo tienen que ver con lo que comúnmente tienen que ver con el sexto mandamiento. También se puede pensar mal de los demás, incluso desear mal al prójimo, tener rabia hacia alguien, rencor, llegar a difamar, criticar, murmurar, etc. para eso no hace falta ni tan siquiera mando a distancia.

La visita que María hace a su prima Isabel, es una visita en gracia de Dios, no es una visita interesada, a ver qué puedo sacar; no, tiene que ver con el deseo de comunicar una gran noticia. Nuestras conversaciones podrían ir por esta línea: comunicar a los demás buenas noticias y que ellas nos alegren, pues normalmente las cosas buenas que les pasan a los demás, no nos hacen tanta gracia.

Ojalá, estos días, de preparación, nos ayuden a caer en la cuenta de que merece la pena estar junto a Jesús y desterrar de nosotros todo aquello que nos separe de Él y por ende de los demás, pues aparte de que seremos ricos en misericordia, la sentiremos en nuestra propia carne y esto generará una gran paz, la consolación misma que Dios da. Que así sea.

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