La exposición fotográfica internacional sobre Álvaro del Portillo y África cierra su recorrido itinerante por Castilla y León en la iglesia de Cigales, donde se podrá visitar del 24 al 28 de septiembre
Con ocasión de la beatificación de Álvaro del Portillo -primer sucesor de san Josemaría al frente del Opus Dei- que tendrá lugar el próximo 27 de septiembre en Madrid, la ONG Harambee Africa International ha organizado una exposición fotográfica itinerante. Tras pasar por el CIP Villandrando de Palencia, el claustro de la catedral de León, la catedral de Burgos, el museo del palacio episcopal de Salamanca y el salón de pasos de la iglesia de las Angustias de Valladolid, será clausurada en la monumental iglesia de Cigales, localidad en la que Alvaro del Portillo residió durante unos meses. Con esta muestra se pretende por una parte dar a conocer la figura del futuro beato y el impulso que dio a varias iniciativas sociales en África, y por otra recaudar fondos para 4 proyectos que Harambee apoyará este año.
A lo largo de su vida Alvaro del Portillo viajó en varias ocasiones al continente africano. Conmovido por lo que vio, animó a que se pusieran en marcha numerosas iniciativas solidarias, sobre todo en las áreas educativa y sanitaria. Cuatro proyectos que crecieron con su impulso y para los cuales Harambee recogerá fondos este año son:
-pabellón materno-infantil en el Niger Fundation Hospital, Nigeria;
-erradicar la malnutrición en el área de Bigerville, Ilomba, Costa de Marfil;
-ambulatorios en el área periférica de Kinshasa, Rep. Dem. del Congo;
-becas de estudio en Roma para seminaristas y sacerdotes africanos, Italia.
La exposición consta de 22 paneles: 6 dedicados a glosar la figura de Álvaro del Portillo, 5 acerca de los proyectos en África y el impulso que recibieron del futuro beato, y 11 con la colección “Born in Congo” del fotógrafo Ismael Sánchez.
Se podrá visitar del 24 al 28 de septiembre en la iglesia de Cigales de 10 a 14 h. y de 16.30 a 19.30 h. La inauguración será el día 23 de septiembre a las 19 h. Intervendrán Josebe Soga, coordinadora de Harambee en Castilla y León, y José Luis Martínez-López Muñiz, catedrático de Derecho Administrativo de la UVA, que glosará la vinculación entre Alvaro del Portillo y Cigales.
Álvaro del Portillo y Cigales
El 11 de enero de 1939, Alvaro del Portillo llega a Cigales, destinado como Alférez Provisional para mandar una compañía del Arma de Ingenieros, acantonada en Cigales. Mientras se constituía el regimiento y hasta que dejó la localidad el 28 de marzo de ese mismo año, se alojó en casa de Manuel Díez-Quijada Alcalde y Pepita Requejo López. A lo largo de esos meses, recibiría varias visitas de San Josemaría. Tanto Alvaro como don Josemaría trabaron amistad con los Díez-Quijada, a quienes quedaron muy agradecidos por su hospitalidad. Prueba de ello es la dedicatoria que Josemaría Escrivá dejó estampada para esta familia en un ejemplar de Camino, durante una visita que realizó con Alvaro a Cigales meses después, en enero de 1940.
Años más tarde, Alvaro del Portillo recordaría con agrado su estancia en Cigales. Los paseos a caballo hasta Valladolid, la belleza del páramo y la campiña, y la bondad de sus gentes, le dejaron honda huella. De esos meses conservó memoria de varios sucedidos. En una ocasión contaba que trabó amistad con el barbero de Cigales, Enrique, que era pariente de Manuel Díez-Quijada, quien se presentaba como "barbero y cirujano menor", pues además sacaba muelas. También que, ante la ausencia del alcalde, le pidieron que pronunciara un discurso desde el balcón del ayuntamiento. Gustó tanto que al acabar se lo llevaron a hombros.
Álvaro del Portillo y Cigales
El 11 de enero de 1939, Alvaro del Portillo llega a Cigales, destinado como Alférez Provisional para mandar una compañía del Arma de Ingenieros, acantonada en Cigales. Mientras se constituía el regimiento y hasta que dejó la localidad el 28 de marzo de ese mismo año, se alojó en casa de Manuel Díez-Quijada Alcalde y Pepita Requejo López. A lo largo de esos meses, recibiría varias visitas de San Josemaría. Tanto Alvaro como don Josemaría trabaron amistad con los Díez-Quijada, a quienes quedaron muy agradecidos por su hospitalidad. Prueba de ello es la dedicatoria que Josemaría Escrivá dejó estampada para esta familia en un ejemplar de Camino, durante una visita que realizó con Alvaro a Cigales meses después, en enero de 1940.
Años más tarde, Alvaro del Portillo recordaría con agrado su estancia en Cigales. Los paseos a caballo hasta Valladolid, la belleza del páramo y la campiña, y la bondad de sus gentes, le dejaron honda huella. De esos meses conservó memoria de varios sucedidos. En una ocasión contaba que trabó amistad con el barbero de Cigales, Enrique, que era pariente de Manuel Díez-Quijada, quien se presentaba como "barbero y cirujano menor", pues además sacaba muelas. También que, ante la ausencia del alcalde, le pidieron que pronunciara un discurso desde el balcón del ayuntamiento. Gustó tanto que al acabar se lo llevaron a hombros.
El capellán del regimiento, don Román Sacristán Virseda, subrayaba que durante su estancia en Cigales, Alvaro asistía todos los días a la Santa Misa y frecuentemente se confesaba. Trataba con gran delicadeza a sus compañeros del regimiento y en los ratos libres hacía visitas a los enfermos de los hospitales. Su conversación era muy amena, interesante y atractiva, y mostraba en el trato con los demás una profunda humildad.
Otro dato de relevancia histórica es que será precisamente durante la estancia de Alvaro del Portillo en Cigales, cuando San Josemaría decide comenzar a apoyarse en él de manera especial para sacar la Obra adelante en todo el mundo. Años después, a la muerte del fundador, Alvaro del Portillo le sustituirá al frente del Opus Dei.
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