Las chicas de nuestro coro parroquial no se han querido perder el carnaval y han venido a los ensayos de cada semana disfrazadas: payasitos, chica de la limpieza, la reina Isabel, Popeye, Mary and Laura Ingalls (de la Casa de la Pradera), mariquita recortable, Claudia Schiffer, etc.
No falta el humor en esta cuadrilla de mujeres que participan en el coro de nuestra parroquia. Además la mayoría pertenecen a una asociación cultural, que lleva el nombre de Fray Antonio Alcalde, van a aulas para mayores, estudian inglés, hacen batuka, etc. Después de una vida tan entregada como madres, amas de casa y trabajadoras, se realizan de muchas y muy diversas maneras.
Como párroco doy gracias a Dios por tener en la parroquia mujeres como ellas, con una disponibilidad a flor de piel, para no solo cantar en distintas celebraciones, sino también para ser voluntarias en muchos otros aspectos de la dinámica diaria de nuestra parroquia. El servicio callado de todas estas mujeres es impagable. Con estas palabras quiero agradecer el ejemplo que nos dan a los que venimos detrás de ellas.
Precisamente el humor que ellas tienen las hace aún más bellas: irradian la felicidad que llevan por dentro, aunque muchas veces como ellas mismas dicen: "a mal tiempo, buena cara". Esta es la ilusión que han querido mostrarnos a través de los trajes que han confeccionado ellas mismas: "con poca cosa, hijo", dicen. Pero sobre todo con mucha creatividad, con mucha fantasía, con muchos valores que todas ellas tienen y con una gran amistad que las une a todas.
Para hacer todo esto y otras muchas más cosas, se sienten mujeres de mentalidad amplia, sin prejuicios, abiertas al futuro con ilusión.
Algunas comentaban, ¿esto dónde se verá? -por las fotos-, ¿lo podrán ver mi hija que vive,...? Pues a todos los hijos de ellas que lo veréis, simplemente deciros que tenéis unas madres gigantes, cuidarlas, incluso desde la distancia, pues: MADRE NO HAY MÁS QUE UNA.
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