Nuestra parroquia ha vivido unos días intensos de Semana Santa. La programación amplia y diversa, ha ayudado a entrar en el Misterio de nuestra fe: la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor.
Ayer, Domingo de Resurrección, vivimos con mucha fuerza la experiencia del Dios vivo.
Los sacramentos nacen de la Pascua, especialmente, los de la Iniciación cristiana, por ello en un día muy idóneo, el mejor, después de la Vigilia Pascual, pudimos celebrar el Bautismo y primera Eucaristía de Óscar y Laura, dos niños que han estado caminando durante los últimos tres años en el proceso de hacerse cristianos.
Al finalizar la Misa, procesión hasta la plaza Mayor donde escenificamos el encuentro que tuvo que haber entre María, la Virgen de la Alegría y el Resucitado. Ese momento de encuentro, también fue de resurrección para María.
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