8 de julio de 2016

NOVENA DEL CARMEN

PRIMER DÍA: “Dar de comer al hambriento”

            Este Año, como saben, es Jubilar, es el Año Jubilar de la Misericordia. Exactamente fue el pasado día de La Inmaculada Concepción, cuando el Papa Francisco inauguró el Año Jubilar de la Misericordia para toda la Iglesia universal.
Previamente, en viaje apostólico al centro de África tuvo el detalle de anticipar esta apertura en la catedral de Bangui. Reconociendo aquella ciudad como capital espiritual, pues en “una tierra que sufre desde años la guerra, el odio, la incomprensión, la falta de paz; en esta tierra sufriente – dijo Francisco-, también están todos los países del mundo que están pasando por la cruz de la guerra”.
Nuestra diócesis también tuvo la oportunidad de vivir este gran acontecimiento: fue en la tarde de un domingo y en la S.I. Catedral de Valladolid, celebración que fue presidida por Don Ricardo, nuestro padre y pastor.
Este año nos servirá para profundizar todos en esta actitud cristiana: la misericordia. En la catequesis habremos de iniciar en la misericordia, predicando con el ejemplo, como siempre.
Por esta razón pretende durante estos días de la Novena en honor de nuestra Señora del Carmen, así como los que nos preparen para la Solemnidad de la Natividad de Nuestra Señora, Virgen de Viloria, abordar las distintas obras de misericordia. Ellas son fruto del amor a Dios. Nuestra fe reflejo de la consciencia del amor de Dios hacia nosotros, se proyecta de igual manera hacia el prójimo. En esta novena vamos a pedir al Señor que esa proyección sea limpia y no se desvirtúe por nada del mundo.
La Virgen María, es la persona que ha ejercitado todas estas obras de misericordia en grado sumo. Ella, también, es Madre de la Misericordia, y todo su obrar consiste en ejercitar esa misma Misericordia que ella misma ha recibido de sus antepasados, por eso ella canta: “su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.
            En este primer día pasamos a considerar, brevemente, la obra de misericordia corporal: “dar de comer al hambriento”. Habría que partir de una pregunta previa: ¿de qué hambre estamos hablando? Pues hay muchos tipos de hambre. Pero, no olvidemos que ahora estamos considerando las obras de misericordia corporales, y ciertamente nos encontramos a muchas personas que pasan hambre. Hoy hay mucha gente que pasa hambre, mientras también hay mucha gente que nada en la abundancia: desperdicia la comida, incluso la tira.

            Necesitamos que la Virgen, Madre de la Misericordia, nos inspire la actitud más recomendable del cristiano: valorar todo como recibido de Dios para su servicio. El alimento nos da fuerzas para continuar el camino. Pero, hermanos, no solo a nosotros, sino a todos los que nos acompañan en nuestro camino o en otros caminos, todos somos hermanos. Hemos de compartir el pan: “danos el pan de cada día”, pero ayúdanos a compartirlo con los demás.
            Madre, ábrenos los ojos y todos los sentidos de nuestra vida para tener sensibilidad para percibir el hambre que hay en nuestro mundo, porque en una boca hambrienta está Jesús el Señor. Precisamente Jesucristo mismo nos lo dijo: “Cuando me visteis con hambre…”, “a mí me visteis”. Jesucristo pasa hambre, el hijo de María pasa hambre, ¡y no nosotros vamos a dejarle así!, pasando hambre.
            Señor danos entrañas de misericordia para acoger al hambriento y compartir con él lo que buenamente podamos, sin entrar en el juego del juicio o la desconfianza.

            Un corazón desprendido es más feliz que otro que está muy seguro en lo que tiene.

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